martes, 13 de octubre de 2009

Preludio a la 2º parte: Nathan

Nathan

La universidad ahora era mi casa. Pasaba los días estudiando, en las clases de nanotecnología o en el chantry. Había estado trabajando en mi notebook, quería agregarle un programa que me permitiera localizarla en cualquier momento, no solo para que si me la robaran pudiera controlarla a distancia, sino para destruirla de ser necesario.
Fue lo único que hice ese mes. Gabriela me había aconsejado que no hiciera magia en ese tiempo, literalmente me dijo que “apestaba a paradoja”. Sí, no era extraño, en la batalla contra Hyperion y Solomon había realizado efectos tan burdos que hasta había quedado atrapado en ese horrible lugar, el cuarto sin arriba, sin abajo y que solo tenía un islote flotando en el vacío.
De nuestros “amigos” tecnócratas no tenía ni noticias, sí sabía que el tal Kaleb había empezado a subir posiciones a lo loco y que ahora su rango era bastante más elevado que el que tenía cuando lo conocimos. Era bastante sospechoso…
Además pasaba bastante tiempo chateando, o jugando con Darkstar, Wedge y Psyduck. Wedge era un niño de catorce años que cada tanto saltaba con frases como:
“¡¡No saben!! Hoy hackeé la página de la NASA” lo decía satisfecho y orgulloso de sí mismo.
“¡Ah ni que fuera la gran cosa!” le decía Wedge, él era un treintañero, que vivía solo en una cabaña vaya a saber uno en que isla perdida.
Darkstar era un misterio para ellos, casi nadie la veía en persona, salvo en determinadas circunstancias como la que llevó a que ambos nos conociéramos fuera de la red.

Estaba muy contento viviendo ahí, por primera vez después de lo que me había pasado con mi hermano sentía que tenía un hogar donde volver. Me llevaba muy bien con todos y sabía que ellos me apreciaban.
Alex siempre charlaba conmigo e incluso me había llevado a un polígono de tiro a practicar. Era como en los fichines pero en la vida real, la verdad me gustó bastante, quizás podría anexarle un arma inteligente a mi notebook... tendría que estudiarlo. Siempre tenía buena onda con él, salvo los casos en los que estaba junto a Vicky. En esos momentos trataba de hacerme parecer debilucho pero no me pareció raro, seguramente quería algo con ella y yo era un estorbo en ese sentido. Él salía siempre con chicas de la facultad, pero sus relaciones no le duraban más de una semana, igualmente eso no parecía importarle en lo más mínimo. Cada tanto aparecía con una chica, ellas se sacaban fotos con él para mostrar en sus blogs con el fachero que habían estado.
En mi caso parecía que ahora tenía un “club de fans”, las chicas se me acercaban pero a mí eso no me interesaba por el momento, además de que mi timidez no me ayudaba mucho, yo tenía mi mente en otra persona…
Thom no había vuelto a aparecer en el chantry, al igual que Nic, el enigmático enfermero. El que sí venía bastante a visitarnos era Gabriel. Se notaba a la legua que quería algo con Leti, y cuando él no estaba Gabriela y Vicky se encargaban de llenarle la cabeza de que él era un muy buen chico, que debía darle una oportunidad. Ella no parecía muy convencida, creo que él le parecía muy joven, pero tampoco estaba haciendo esfuerzos para que ellas dejaran de hablar de él. Quizás sí estaba interesada en el fondo… aunque no sabría decirlo con exactitud.
Gunnar venía de vez en cuando y charlábamos, me contó que ahora estaba con su mujer y viajaban bastante para organizar a su gente. Incluso hacían viajes al continente con este propósito. Algunos magos que no conocía venían a visitar a Marianna que aún seguía en ese estado de “inconsciencia” por haber realizado ese magnífico, y a la vez destructivo para ella, efecto de tiempo masivo. Leti estaba mucho tiempo con ella, quería ser la primera en darle las gracias cuando despertara por haberle salvado la vida.
Un día fui a pedirle que me diera algunas partes que necesitaba para mi notebook y pasé a su cuarto. Vi que tenía toda una batea de comics de Iron-man, y de otros super héroes, la verdad que no creía que podía encontrarme con alguien con quien compartir ciertos hobbies. Tenía incluso naves, algunas compradas y otras que las había hecho ella de metal. Cuando vi su vitrina con sables laser no lo pude creer. Me dijo que era fan de Star Wars.
-¿Funcionan?
Ella sacó uno y lo prendió.
-¡No! ¡Qué bueno! ¿Y corta?
-Sí, no como en la película, pero cortan. Obviamente no lo podés sacar afuera porque explota.
-No me interesa sacarlos afuera… están buenísimos.
Además me mostró que había intentado replicar con un “reproductor holográfico en 3D” la batalla de Coruscant. Los gráficos eran bastante rectangulares, le dije que quizás con algún programa de diseño podría mejorarlo, pero en realidad lo bueno era el reproductor holográfico. Esa mujer era muy inteligente.
Gabriela pasaba la mayor parte del tiempo en sus clases, no estaba mucho en el chantry, y si bien no nos llevábamos mal ni nada no tenía tanto trato con ella como con otras personas allí. Además Vicky me había contado algo que me sorprendió bastante, me dijo que un día antes de todo lo que había pasado, había visto a Solomon, hablando con Gabriela… En fin, creo que mejor no voy a intentar indagar en el tema y tampoco lo voy a comentar salvo que sea muy necesario.
El pequeño William y su maestro Aldus se la pasaban de excursión en excursión y venían a veces a visitarnos. Aldus siempre iba a visitar a Marianna cuando venía, luego volvía a marcharse con su alumno a otro lugar del país.
Sí, la dejé a ella para el final, con ella es con quien más paso los días. Mi relación con Vicky se había vuelto mucho más estrecha ese tiempo. Íbamos al cine, me acompañaba a las clases y salíamos a pasear por ahí. Además pasábamos mucho tiempo juntos en el chantry. Ella no estudiaba, y vivía de su prima, iba de oyente a algunas clases pero no estaba siguiendo ninguna carrera. Muchas veces me acompañaba y gracias a ella el “club de fans” ya no se me acercaba tanto, lo que era bastante bueno.
-¿Querés ir al cine? ¿Qué vamos a ver?- le pregunté.
-Pochoclo- me respondió. Le gustaban bastante las películas de acción y tiros.
-Pero podrían ir a ver esa película francesa que está tan buena…- nos dijo Gabriela.
-¡Aburrido! – dijo Vicky.
-Yo también prefiero el pochoclo…
Sino también nos quedábamos en el chantry a ver películas de magos para morirnos de la risa. De lo que sí no se hablaba era de Harry Potter, para ella (y para Gabriela) era prácticamente un insulto.
Su visión de la magia era muy diferente a la mía, usaba su notebook para hacer complejos cálculos pero era una máquina corriente después de todo. Le instalé varios programas que podían ayudarla, pero ella la formateaba porque no los comprendía.
-¿Cuándo la formateaste?
-Emmmmmmmm
Así que le instalé programas más sencillos que pudiera utilizar. Su computadora tenía un grabado de un sello mágico arriba y otro abajo y a los costados tenía escritas runas que no comprendía… Era un misterio para mí ese tipo de conexión con la magia.
Alex le tiraba onda todo el tiempo a Vicky así que un día le pregunté.
-¿Qué onda con Alex?
-¿Estás loco? Ni mal…
-Deberías hacérselo entender…- le dije sonriendo.
-Digamos que si vos le decís a alguien que no podés salir un sábado a la noche porque tenés que cuidar a tu abuela… o porque te tenés que quedar “estudiando” está más que claro…
La realidad era que a mí me gustaba bastante Vicky, pero pasó un mes y noté que empezó a andar más con Alex. No sabía si eso era porque me quería dar celos a mí o porque se había cansado de nuestra relación que no era más que una amistad. Así que para que no estuviera con él empecé a invitarla más seguido, hasta que prácticamente todos mis tiempos libres los pasaba con ella. ¿Por qué tenía que estar esperando hasta estar seguro si ella quería algo o no? ¿Era por lo que me había pasado con Julie o simple timidez?

Pasaron dos meses…

Una de mis clases las daba una profesora que parecía estar medio loca, su nombre era Juliet Aubrey y todas las clases se aparecía con un peinado diferente. Parecía loca, pero no lo estaba, de hecho era bastante coherente lo que decía. Lo que pasaba era que para sus alumnos las cosas que ella decía no eran más que ciencia ficción. Todos hablaban de teoría pero ella hablaba más sobre la práctica. Si no era tecnócrata no sé lo que era… Aprendí bastante de ella y tuve que empezar a leer libros sobre ciencias porque no entendía algunas cosas de las que hablaban, mi conocimiento no era tanto teórico sino más bien práctico. Empecé a leer también libros sobre biotecnología y fue un tema que me interesó bastante.
Un día fui a mi clase de Nanotecnología 2 y el profesor nos dio un trabajo práctico que iba a ser grupal, no éramos muchos en las clases específicas de la carrera, así que fueron tres grupos de cinco personas cada uno. Yo era capitán de uno de los grupos y mi profesor me pidió quedarme un rato más. Cuando salí del aula, de repente ya no estaba en el pasillo de la universidad…

El cielo estaba nublado y yo estaba parado en el islote rocoso en el medio de la nada, otra vez…
Intenté medir las dimensiones de ese espacio, pero mi notebook se tildaba y no paraba de escanear, evidentemente tenía un efecto de correspondencia que no podía bloquear. Busqué mi ubicación, estaba en Londres, pero eso no era Londres. Quizás mi cuerpo estuviera en la universidad y mi mente estuviera allí…
Pero la voz de la otra vez me empezó a hablar…
“¿Quién sos?”
“El todo y la nada…”
“¿Dónde estoy?”
“Este es un punto donde todos los caminos se unen, todo llega hasta aquí.”
Otra vez con sus jueguitos, intenté comunicarme con el exterior, pero según mi notebook estaba en Londres.
“¿Por qué querés salir?”
“No quiero estar en este lugar”
“¿Por qué no valorás tu vida Nathan?”
“Yo valoro mi vida”
“¿Qué tan importante es tu vida? ¿Por qué ponés siempre tu vida sobre la de los demás?”
“Por que haría lo que fuera por mis amigos”
“¿Ves? No valorás tu vida…”
“Sí que la valoro, dame un ejemplo de que no valoro mi vida”
Me estaba empezando a desesperar otra vez. La voz me mostró el momento en que teletransporté la moto de Gabriel para que fuera a buscar a la mujer de Thom.
“¿Por qué la ayudaste? Ella no es tu amiga”
“No, pero Thom sí, y ella es su mujer”
“La vida es un ciclo a veces vas a perder a tus amigos…”
“No si puedo evitarlo…”
Él seguía insistiendo en que yo no valoraba mi vida, pero eso no era verdad.
“¿Tenés miedo de tu hermano Nathan?”
“¿Y ahora por qué saliste con mi hermano? ¿qué tiene que ver?”
“¿Por qué le tenés miedo?”
“¿Porque dijo que iba a matarme?”
“¿Por qué darías tu vida por la tus amigos?”
“Porque los quiero”
“¿Y ellos harían lo mismo por vos?”
“No lo sé, nunca les pregunté”
“No lo harían”
“Eso no lo sabés”
Me estaba cansando le mandé un mensaje a Vicky, no sabía si iba a funcionar pero lo intenté:
“Estoy en el aula 203 ¿me pasás a buscar?”
“OK”
Pero mi notebook, mi celular y todo desapareció en ese instante. Estaba desnudo sobre ese islote.
“¿Darías tu vida por ella?”
“Sí”
“¿Por qué?”
“Por que es mi amiga y porque la quiero”
“Puedo traerla si querés…”
En ese momento un portal se abrió y Vicky entró al islote.
“¿Qué es este lugar?” preguntó. En ese momento se empezó a ahogar. “No… puedo… respirar…”
“¿Por qué la trajiste? ¡Sacala de este lugar!…”
Pero la voz no dijo nada, estaba desesperado, Vicky se iba a morir. No podía salir yo mismo, menos iba a poder sacarla a ella. Cuando cayó al piso comencé a hacerle respiración boca a boca, en un momento pareció mejorar, pero después… No podía hacer nada, y después de un momento ella estaba muerta.
Grité, grité muy fuerte.
“¡Por qué tuviste que traerla!”
“Ahora seguramente me odias…” El cuerpo de Vicky desapareció. “Ella no está muerta”
“¿Era necesario?”
“Sí”
“No es gracioso, quiero volver”
“No lo entendés, sos un tonto”
En ese momento volví a estar en la universidad, pero todo estaba quieto. Nada se movía. Me dirigí hacia el chantry todos mis amigos estaban allí, Vicky también.
“¿Tengo que matarlos a todos para que entiendas?”
“No, basta”
Pero en ese momento todos mis amigos cayeron muertos al suelo. No podía más con esa tortura, ¿por qué me hacía sufrir de esa forma? Salí a buscar ayuda, ahora todo había vuelto a la normalidad, pero mis amigos estaban muertos.
-¿Qué te pasa Nathan? ¿Estás bien?
-No… algo pasó…- pensaba en el funeral de mis amigos, tenía que avisarle a Thom. Lo llamé al celular.
-Thom… pasó algo…
-¿Nathan? ¿Qué pasó?
-Tuve una visión como la otra vez… y ahora… nuestros amigos están muertos- a esta altura ya estaba llorando.
-¿Cómo quiénes están muertos?
-Todos, Alex, Gabriela, Vicky…
-¿Qué cómo que…?
Escuché un ruido como si se estuviera ahogando y luego cayó y se cortó la comunicación.
-¿Thom…?
“¿Tengo que matar a más de tus amigos para que lo entiendas? Es muy noble arriesgarte por tus amigos, pero no si no entendés que los podés llegar a perder”
Fui hacia el chantry una vez más, no podía llamar a nadie o él los iba a matar, sea quien fuera. Iba a enterrarlos yo mismo de ser necesario. Pero volví a aparecer en el islote.
“La vida es un ciclo, podés perder a tus amigos Nathan, tenés que entender eso.”
Había perdido a John, a Julie, y ahora a ellos. Mi temor, el peor de todos, que me volviera a pasar lo mismo.
“Lo sé, pero eso no significa que no me vaya a arriesgar por ellos”.
“No dije eso, es muy noble que te arriesgues por ellos, pero tenés que intentar buscar otro camino.”
“Bueno, pongamos un ejemplo, es mi vida o la de la persona que amo, ¿qué debería hacer?”
“¿Por qué no buscar un camino donde no muera ninguno?”
“No era eso lo que intentaba decir…”
“Podés cruzar un camino de montaña bajando y subiendo por la cordillera, pero quizás podrías buscar un puente. No seas cerrado, no te quedes siempre con una única opción, siempre habrá otro camino.”
“Pero yo voy a seguir haciendo lo mismo, no voy a poder ver a mis amigos en problemas y no ayudarlos”
“Y eso es muy noble, pero también tenés que entender que los puedes perder ¿Lo entendés ahora Nathan?”
“Sí…” aunque en realidad no estaba muy convencido.
“No te servirá nada de todo esto, la muerte de tus amigos habrá sido en vano sino lo entendés”
“¿Era necesario que los mates? ¿No había otra forma?”
Un enorme León apareció frente a mí. Era Aslan, mi avatar. Me llamó por otros nombres que reconocí como míos, quizás en otras vidas… pero yo no creía en la reencarnación. Me dijo que él estaba allí para ayudarme a progresar, que él también progresaba cuando yo lo hacía y que esa prueba había sido para eso.
“Ellos no están muertos”
Me tranquilicé cuando me dijo eso, aún no sabía con exactitud qué había pasado.
“Ahora ¿sabes como salir Nathan?”
“Si no existen las distancias…”
Cerré los ojos y di un paso. Me imaginé en la facultad en el mismo lugar donde había “desaparecido” y desperté.

Pero no estaba en la facultad… estaba en otro lado, adentro de una especie de tubo, y había máquinas a mi alrededor. Frente a mí estaba John, que me miraba con una sonrisa sarcástica y de triunfo en su rostro…

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