sábado, 31 de octubre de 2009

Mago 2º parte: Fecha 1


Caleb Terrek


Gunnar recién había llegado a Londres cuando vio las noticias. Su mujer enseguida reconoció a su compañero.
-¿Ese no es amigo tuyo? Siempre tuvo cara de delincuente- afirmó Natasha.
-Supongo que tuvo sus razones- dijo Gunnar.
-¿Tus amigos no tienen poder no? Si tuvieran poder no irían en cana.
-No sé lo que hizo para estar ahí.

Thom estaba recibiendo unos reconfortantes masajes de su esposa cuando el celular sonó. Atendió a desgano, ya era bastante tarde.
-Gunnar- el display le indicaba que era su compañero el que lo buscaba.
-Hola ¿todo bien?
-Estás de vuelta ¿dónde andás?
-Estoy llamando desde la umbra
Thom se rió del chiste de su amigo.
-Siempre haciendo preguntas inútiles- continuó.
-Te preguntaba donde estás: Dinamarca, Suecia, Noruega…
-En Londres.
-¿Por qué todavía no viniste?
-Acabo de ver las noticias…
-Ah sí, pero son las dos de la mañana y necesito dormir ¿por qué no venís mañana al chantry? Igual si querés ir ahora la puerta está abierta…
Gunnar decidió ir a descansar a su casa y visitar a sus amigos al día siguiente.

Gabriel salió del chantry, su moto lo esperaba afuera, al igual que Leti que estaba apoyada en ella.
-¿A dónde vamos?
-Esta vuelta voy a tener que ir solo.
-Sí, claro, y yo te voy a dejar habiendo salido en las noticias, contate otro.
Él insistió pero ella solo lo abrazó y le dijo:
-Yo voy a respetar tu decisión, pero no seas tonto… ya sabés lo que siento por vos.
-Necesito despejarme.
-Está bien, voy a estar adentro si me necesitás.
Gabriel subió a la moto y buscó sus llaves, no las tenía, Leti se las había quitado cuando lo abrazó y no se había percatado. Dejó la moto allí y se fue caminando en dirección al río.
Gabriel pasó la noche junto al río, al regresar a la mañana al Dojo se encontró con un paquete. Era una encomienda, lo abrió y encontró un celular dentro. Apenas lo encendió comenzó a sonar.
-Señor Larsen- se escuchó del otro lado.
-Solomon- respondió Gabriel.
-Señor Larsen, ya le he regresado al señor Phillips, pero solo por las dudas hay una pequeña salvaguarda hasta asegurar el pacto- finalizó Solomon antes de cortar.

Nathan se apresuró a llamar a Thom. No quería estar un minuto más en ese lugar.
“Maldito Wedge me las vas a pagar” pensó.
“Las cuatro plumas” era el nombre del hotel gay donde había caído desde la “telaraña digital”.
-Thom, soy Nathan.
-Nathan ¿dónde estás?
-No estoy en la base teki. Escuchame, pasame a buscar a esta dirección, no te sorprendas, es un hotel gay. Trame ropa para dos y mi computadora.
-Ok… ¿la computadora está en tu cuarto? ¿está cerrado?
-No, podés pasar. Estoy con otra persona también que me ayudó a salir.
-Bien, voy para allá.
Thom saludó a su mujer, le dijo que volvía enseguida y se fue al chantry a buscar lo que le había pedido su amigo. No le dijo a nadie donde iba, ni que Nathan había reaparecido. Tanto Nathan como Thom sabían que no iba a poder regresar al chantry sin saber primero qué le habían hecho lo tecnócratas.
Thom se quedó cinco minutos frente a la puerta del hotel dudando, juntó coraje y entró. Preguntó por su amigo y cuando lo vio lo abrazó, no tan efusivamente…
-Él es Benjamín, me ayudó a salir.
Ambos se dieron la mano y luego Nathan continuó:
-Vamos a ir a otro lugar- tecleó en su notebook y reservó una habitación en un hotel a tres cuadras.

Nic se había quedado en el chantry hasta no encontrar una nueva casa. Mientras buscaba en el diario recibió un llamado de la inmobiliaria. Le dijeron que el señor Anderson tenía una póliza de seguro contra incendio por trescientos mil euros, que fuera a la financiera a arreglar la entrega del dinero.
La sonrisa de Nic no se hizo esperar, ahora no tendría que alquilar, podría comprarse un departamento sin ningún problema. Cuando llegó lo atendieron y revisaron los papeles, estaba todo en orden. Nic quería el efectivo pero le dijeron que eso no era posible así que tuvo que ir al banco a abrir una cuenta.

Gunnar se despertó al día siguiente en su casa. Su mujer lo esperaba en el comedor para desayunar.
-Yo tengo que ir al Caern ¿vos vas a encargarte de tus asuntos?
-Sí, tengo que ver que pasó mientras no estuve.
Gunnar desayunó, se despidió de su mujer y tomó rumbo al chantry.

Gabriel luego de hablar con Solomon decidió ir al departamento de su alumna Rayna. Cuando llegó subió hasta el séptimo piso y vio que el departamento “C” estaba custodiado por dos policías. Obviamente cuando pidió entrar ellos le mostraron el diario con su cara en la portada.
Gabriel pensó que quizás unos billetes podían arreglarlo y sacó la billetera. Uno de los policías se resistió pero el otro que tenía mayor rango lo envió a custodiar a otro lado mientras recibía la coima y dejaba pasar a Gabriel. El departamento obviamente estaba vacío, pero él no se iría sin investigar a fondo.
Gabriel aprovechó la soledad del departamento para poder ver lo que sucedió esa noche. Comenzó a realizar unas katas y a manejar un ritmo respiratorio más pausado.
Con dolor volvió a ver la escena de él golpeando a los policías pero necesitaba ver más atrás. Había sentido magia y quería verificar eso.
Estaba en esto cuando escuchó la bocina del auto de Leti que estaba junto a Gunnar esperándolo abajo.
Efectivamente Gabriel pudo comprobar que los policías habían sido victimas de un efecto mental que provocaba en ellos una especie de reacción violenta y los hacía actuar de esa forma contra quienes se encontraran allí. ¿Quién, cuándo y por qué habían puesto ese efecto mental? Eso no pudo averiguarlo.
Trató de extender su visión hacia los pasos anteriores de los oficiales, pero solo descubrió que antes de ingresar el efecto mental no había sido activado hasta que cruzaron la puerta del departamento.
-Gaby, Gaby. Hey Gabriel- Escuchó una voz que le hablaba y que lo hizo salir de su trance.
Era Leti que lo habia venido a buscar.
–Para que viniste. ¿No sabes que nunca se debe volver a la escena del crimen?- dijo con su típico tono de voz.
Así decidieron marcharse mientras Gabriel ponía al tanto de lo que sucedió a Gunnar.

Nathan, Thom y Benjamin fueron al hotel que habían reservado. Allí Benjamin le contó a Thom sobre su estado de amnesia, mientras Nathan buscaba información en su notebook.
-Premio de química en Berlín, y aparece un nombre de una empresa de fármacos, Rasmuzen ¿la conocés?
-No.
-¿Por qué te fuiste?- le preguntó Thom.
-No me daba mucha espina, me usaban para experimentar, me inyectaban para acceder a mis recuerdos, una tal doctora Juliet.
-¿Cómo sigue esto? ¿Cómo pensás encontrarte con vos mismo?
-Quizás no quiero saber qué era antes.
Así Nathan se enteró que había salido del tanque bacta en que lo tenían prisionero gracias a un accidente provocado por Benjamín. A su vez le informaron a Thom cómo habían logrado salir de la base tecnócrata a través de la telaraña digital.
-La pregunta ahora es ¿qué me hicieron los tekis?- dijo Nathan.
-Sí, te voy a tener que revisar, sacate la ropa- le dijo Thom.
Ambos comenzaron a reírse.
-Ya me vieron en bolas una vez…- dijo Nathan y comenzó a desvestirse.
Thom talló un círculo en el suelo, se cortó y dejó que la sangre llenara el surco. Nathan estaba sentado en el centro del círculo. Thom se hizo una marca en la frente con su sangre y luego marcó de la misma forma a su amigo.
-Tenés algo en la sangre, en el líquido nervioso y algo grande en el corazón.
-Genial…
-Tu espíritu está bien, pero no podés volver al chantry.
-Me imaginaba, y no iba a volver hasta no estar seguro de que no fuera peligroso para los demás. Podría ver que es, pero necesito conectarme.
Benjamín tuvo una idea y le preguntó a Thom:
-¿Me prestás tu celular?
Thom lo miró, dudó y se lo extendió diciendo:
-Espero que no seas de la raza de Gabriel.
Benjamín abrió el celular y comenzó a modificarlo.
-Después te regalo otro…- dijo Nathan al ver la cara de su amigo.
-Usá esto- le dijo a Nathan que conectó el celular a su notebook y todos pudieron ver una especie de cien pies mecánico que rodeaba su corazón. En su sangre había miles de nanomáquinas que recibían órdenes, quizás de ese aparato. Nathan enseguida puso una guarda para proteger el lugar. Cuando intentó conectarse a una de las nanomáquinas enseguida sintió picazón en ese lugar de su cuerpo. Estaban detectando una anomalía y reaccionaban. Iba a ser peligroso conectarse a esa cosa.
-Va a ser mejor que te vea Leti- le dijo Thom- o Vicky, yo no sé nada de esto- Nathan puso cara de desaprobación cuando nombraron a su amiga.
Thom salió a hacer el llamado mientras Nathan tomaba control de las comunicaciones del hotel y le daba una línea segura. Benjamín se había encerrado en el baño, cuando salió ya no tenía el traje con el que había salido de la base tecnócrata, después se enteraron que lo había quemado, posiblemente hubiera algún tipo de filtración en la guarda a través de él.
-Leti, necesito que vengas, estoy con Nathan.
-¿Qué le pasó a Nathan?- enseguida Gabriel tomó el teléfono porque ella estaba conduciendo.
-Thom
-Gabriel.
-Escuchame, hablé con Solomon hoy, volvió a pedirme que no nos metamos en el proyecto EOS o Nathan se va, tiene una salvaguarda.
-Entonces el problema que tiene Nathan es por eso… Decile a Leti que necesito que lo vea ella.
Thom volvió donde estaban Nathan y Benjamín y esperaron a que llegara el resto de sus compañeros. Cuando llegaron Nathan abrazó a sus amigos y Leti se sorprendió al ver allí a un viejo conocido.
-¿Benji? Pensé que estabas muerto…
-¿Nos conocemos?- él parecía más sorprendido que ella.
-Sí, sos un cochino eterita, te vi en alguna convención en Berlín ¿posta no te acordás de nada? ¿Y Violet?
-No lo sé…
Nathan mientras daba vuelta el monitor y les mostraba a los presentes su pequeño pero a la vez gran problema.
-Mirá lo que me regaló tu amigo- dijo y lo miró a Gabriel.
Luego le informaron del pacto que Gabriel había estado negociando con Solomon.
-No quiero negociar con Solomon, esa es la última opción- dijo Nathan.
Pero no parecía haber forma de apagarlo o reprogramarlo sin que peligrara la vida del portador. Tampoco había forma segura de sacarlo.
-Voy al dojo a buscar el teléfono- dijo Gabriel.
-No, esperá- Nathan se conectó al móvil de Gabriel desde su notebook. La voz de Solomon se escuchó a través de los parlantes.
-Señor Larsen.
-¿Qué querés?- le dijo Nathan.
-Me gustaría hablar con el señor Larsen.
-Sí, claro, porque sabés que a él lo podés manipular. Está escuchando.
-Veo que hay reunión multitudinaria, solamente queremos que no interfieran con el proyecto EOS, nada más, los cargos serán levantados y el señor Phillips podrá librarse del aparato que le colocó su hermano.
-¿Y eso cuándo sería?- dijo Gabriel.
-Ahora mismo, si aceptan el pacto.
Gabriel lo miró a Thom.
-¿Tenemos un trato?- preguntó Solomon
-¿Los cargos serán levantados y liberarán a Nathan?
-Solo tienen que levantar la guarda y lo haremos.
-Tenemos un trato entonces.
Todos estuvieron de acuerdo, después de todo no había más opciones. Nathan levantó la guarda, casi al instante tuvo unas increíbles ganas de ir al baño. Benjamín golpeaba la puerta para que no tirara de la cadena pero Nathan no le hizo caso. No quería nada que tuviera que ver con su hermano. Además que no le gustaba la ida que examinaran sus propios excrementos…
-Sería bueno que vengas con nosotros- le dijo Thom a Benjamín. A su vez yo accedía a su celular desde la notebook para que pudiera contactarse con Gabriela en el chantry.
-Te está buscando tu mujer- Eli había llamado unas tres veces.
Thom llamó a Gabriela pero saltó el contestador, así que envió un mensaje:
“Estamos yendo al chantry con alguien que no es 100% confiable. Asegurate que haya las guardas suficiente y tendrás tu postre favorito”
“Ok voy para allá, traigan postre”.

Nic estaba finalizando de cerrar la compra de su nuevo departamento cuando recibió una llamada de Nathan, que según sabía estaba en manos de los tecnócratas…
-Nic- él no respondió- Soy Nathan.
-Ah, ok ¿y cómo puedo saber que eso es verdad? Se supone que estabas con los tecnócratas.
-Thom decile que soy yo.
-Es él Nic, nos vamos a reunir en el chantry por favor vení.
Y así se reunieron todos una vez más. Al llegar todos tomaron su lugar, excepto Vicky que se arrojó a los brazos de Nathan.
Había mucho que pensar. Primero la posibilidad de romper el pacto. Nic dijo que él no había participado de ningún pacto, pero era cierto que en ese sentido ya estaba involucrado por más que no quisiera.
Decidimos someterlo a votación, el resultado fue a favor de interferir con el proyecto EOS de todas maneras, de la forma más encubierta posible. Gabriel dijo que buscaría información de Caleb, con ayuda de Alex. Él había sido una vez su aliado ocasional quizás los ayudara ahora que parecía estar en contra de Solomon.
Nic iría a hablar con “los nocturnos” y trataría de averiguar su relación con el parlamento. Mientras Nathan ideaba junto a los virtual adepts un nuevo sistema que rivalizara con el proyecto EOS, aunque primero deberían averiguar en qué consistía el mismo y qué había detrás de él. A su vez tenían que buscar información de Pentex y su situación actual. Gunnar buscaría información con su familia, en especial sobre lo que había ocurrido con Pentex.
Una vez que tuvieran el nuevo sistema desarrollado, habría que presentarlo a la legislatura, Nathan sugirió que fuera un proyecto de la facultad, y que incluso podrían “dejarlo” a alguien para que se llevara el crédito y no exponerse ellos directamente. Sería una alternativa al proyecto EOS que hasta ahora no parecía tener ninguna oposición.

Thom se fue a su casa. Elli estaba con una amiga.
-Hola Thom. Vino Carla a visitarme ¿pero ya te vas no?
-Ok, llamame por el proyecto de las franquicias.
Le abrió la puerta y luego dijo:
-Maldita bruja, perdón, maldita tecnócrata.
-¿De qué hablaban?
-Por una franquicia de bares temáticos.
-Justamente estaba pensando en hacer algo en el bar. Un festival medieval que le recuerde a la gente que está en Inglaterra y no en “tecnolandia”.
-Sí, hay que conseguir sponsors, hacer estudios de mercado para ver si funcionaría…
-Podemos empezar hablando con las bandas.
-Ya entendí, querés que me ponga con esto.
-Sí, pero podemos hacerlo juntos.

Leti le mostró su habitación a Benji. Le dijo que lo había conocido en Praga, en una reunión de los Hijos del Eter, él estaba trabajando en un proyecto de química.
-Me habías dicho que me tenías que mostrar algo…
-Ah sí, te prometí llevarte al laboratorio que es donde trabajo.
El cuarto de Leti estaba lleno de herramientas, pedazos de metal y aparatos creados por ella misma. En los estantes había figuras de todo tipo. Benji agarró un balde y empezó a llenarlo de cosas. Leti pensó que debían ir de compras al día siguiente…

Benji recordó algo mientras buscaba las partes. Un profesor hablando, en el banco de al lado había una chica que escribió en un trozo de papel y se lo alargó sin que la vieran. Benji lo leyó, decía “Aburrido”. Sabía que a ella la conocía desde siempre.
Él le pasó otro papel que decía “A mí me gustaría que podamos hacer carrera con esto y poder darte todo lo que quieras”.
Ella le sonrió, pero al instante le volvió a dar otro papel que rezaba “Aburrido”.
Otra visión llegó a su mente, era una habitación, estaba junto a la misma chica y dos muchachos.
-Si mezclamos estoy y esto…- Benjamin escribía en una pizarra, sus compañeros lo observaban pero la chica leía un comic, acostada en la cama.
-¿No pueden crear algo copado?- les preguntó.
-Definí copado- dijo uno de los chicos.
-Algo tipo mágico, flashie, poderoso… como esto- dijo señalando una página del comic donde se veía una arma enorme que hacía explotar todo.
-Yo voy a crear cosas copadas para vos, te lo prometo- le dijo Benji.
Una visión más le mostró el lugar donde había encontrado el objeto. Volvió allí a medirlo nuevamente, como si no pudiera creer que tuviera esa cantidad de energía. El patrón era totalmente extraño. Vio una hilacha de luz y la siguió, hasta que el aparato con el que estaba midiendo estalló. Lo último que vio fue la hilacha dividirse y dirigirse hacia otros lugares.
-¡Hey Benji!- la voz de Leti lo sacó de su ensimismamiento- ¿Querés drogas? Tengo si querés…
Él se quedó pensando ¿qué era ese objeto? ¿y dónde estaba ahora?

jueves, 29 de octubre de 2009

Del Diario de Nic

Daphne


Algunos días después del incendio:

Supongo que debería estar traumatizado... pero no me siento así. Obviamente Anderson era un hombre de negocios como yo nunca voy a serlo, porque tomó una póliza de seguro contra incendio, algo bastante obvio para una carpintería, pero bueno. Con el dinero de la póliza estoy reconstruyendo la vida que quemé la semana pasada... y es por eso que estoy preguntándome si estoy traumatizado. ¿Debería construir la misma situación que tenía? La última vez me llevó a problemas graves. Pero la última vez... estaba en conflicto. Vivía una vida de blancos y negros. Sanar de día los cuerpos sin preguntar si su presencia nos enfermaba a todos nosotros... y de noche, cazando. Cazando ¿Por qué? ¿Ordenes? ¿Gusto? ¿Práctica?

Ya no estoy atraído al hospital. Tengo ganas de estar ahí... pero porque es familiar, no porque quiero curar y ayudar ciegamente. Hay una parte de mí que sigue ahí en la enfermería, pero es una parte más personal, que, con suerte, al final del cuento me mantendrá humano. No voy a perder completamente mis enlaces con la actividad de curación... pero ya se despertó... algo... una necesidad. Necesito una base de operaciones y por eso estoy reconstruyendo la carpintería. Sé hacerlo, no pierdo tiempo pensando en como va a ser, que color tendrá la cocina, dónde poner el sofá.

Estoy reconstruyendo mi base de operaciones porque Solomon tiene algún plan... un plan que no me va a permitir seguir la naturaleza que he descubierto. Tal vez por eso me volví a despertar, renacer... soy una persona nueva. ¿Es posible qué el tiempo funcione así... algún evento futuro causando mi maduración para impedir su propio existencia? ¿Estoy traumatizado o solo con mucha autoestima? Son preguntas para el Padre, si estuviera... mí lugar está en las acciones, hechos, investigaciones... no futurología inútil.

¿Cómo avanzar? Casi tengo la casa hecha... terminan de entregar todo mañana. Si iba a investigar los eventos de mi transición y la situación con Solomon como un evento solo: ¿cómo avanzaría? Es muy conveniente que Solomon buscó a Gabriel para poder hacer el trato. ¿Demasiado conveniente? ¿Por qué estuvimos ahí? Porque una parte de mí tenía hambre pero ¿por qué para justamente un estudiante de Gabriel? No sé nada de ella, no hay ningún razón por la que deba morir. ¿Era una parte de mi psicosis? Quizá sí, pero una parte de mi psicosis mi conveniente para Solomon.

Solomon, siendo un mago tan poderoso, ¿Por qué se preocupa por nosotros? ¿Por qué no mató a Gabriel directamente? ¿Por qué incluyó a Nathan en el trato? Nos da una herramienta más para combatirlo. ¿Para que nos informó de su "proyecto"? Yo, honestamente, no me hubiese enterado. Quizás podría haber trabajado en paz unos días más, o meses. Me da la impresión que nos necesita para algo pero ¿qué?

Si es que Solomon nos necesita para algo, que obviamente no haríamos a propósito, nos está manipulando. Mi transformación, la libertad de Nathan y Gabriel, aún el nuevo amnésico, son beneficios para Solomon, o al menos necesidades. ¿Por qué estas cosas le convienen a Solomon? Necesitamos más información. Tal vez mi transformación no le conviniera a Solomon, pero lo que hice para transformarme sí le convino. Hay que ver la lista de las personas, sobrenaturales o no, que maté. Si Solomon es responsable, los nombres nos pueden guiar a sus motivos. Investigar los magos y personas normales que murieron será bastante fácil, pero los vampiros... Daphne me va a tener que ayudar... una proposición muy peligrosa.

¿Qué le digo acerca del asesino? Lo maté, si, pero como le explico eso...Quizás menos palabras son mejor...veremos..
No olvides de informar a alguno de los otros de tus teorías antes de juntarte con el Principe...

(Escribe Greg)

miércoles, 28 de octubre de 2009

Buscándose a sí mismo


-Estoy con vos para lo que necesites-
-Lo sé, pero necesito estar solo-

Jodida Leti, por eso la adoro, aprovechó el descuido y me sacó las llaves de la moto. Pero: ¿Qué diría si supiera que en verdad mate a esos oficiales? Que Solomon no esta mintiendo. Peor aún: ¿Qué diría toda la Cabala si supiera que en verdad soy un asesino?.

Camine sin sentido alguno y sin embargo mis pasos me llevaron de vuelta a un lugar que recordaba: el río Tamesis, ahí donde Bren habia despertado pero ahora ya no quedaba rastro del demonio contra el que habíamos luchado.
Llegue, ahí me senté a la orilla del río, tomé una piedra y la lancé hacia el centro viéndola rebotar sobre el agua.

¿Que haría ahora, que debía hacer?
Esta vez no tenía respuesta, ni tenia a nadie que me las diera.

No podía pensar con claridad, no podía decidir con claridad. Todos me reclamaban el por que había hecho ese trato con Solomon, pero ninguno sabia como me sentía en ese momento.
¿Quién soy, qué debo hacer? Mi cabeza se revolvía en un montón de preguntas sin respuestas y no sabía como despejarla. Así que decidí cerrar mis ojos y encerrarme en mi mente para ver si encontraba alguna respuesta dentro mio.

Simplemente cerré mis ojos y me deje llevar, habia entrado en un silencio absoluto, una paz absoluta que podía incluso escuchar mis propios pensamientos.

Bienvenido, Gabriel- Escuche una voz que me daba la bienvenida a mi interior, gire a observar quién era y me encontré conmigo mismo pero con un aspecto más maduro y más calmo.
En tu interior se debate en una gran batalla, pero espero poder ayudarte a encontrar lo que buscas. Cometiste un error pero no tenes porque cargar con ello toda tu vida, no debes ampliar ese error alejando a aquellos que velan por vos-
Pero ese Oficial no era culpable de nada y yo lo mate- Eso era lo único que salía de mi boca. La culpa me atenazaba.
¿Cuánto tiempo mas vas a seguir actuando como un pendejo idiota? sí, un pendejo idiota, eso es lo que sos- Escuche gritar a un nuevo Yo que habia aparecido, este se veía como yo pero con un aspecto mas callejero, mas belicoso. A ver mataste a un Oficial de policía. ¿Seguís diciendo que fue un error? Paso a explicarte algo por si no te diste cuenta antes. ¿Vos vivís golpeando y destrozando cosas o me vas a vender el cuento que solo es para proteger a los demás que peleas? Desde que empezaste a golpear gente, si desde aquel chico en el colegio, jamás fue para proteger a alguien. ¿A ver, decime, porqué golpeaste a ese chico?- me acusaba esta versión violenta de mí mismo.
Porque me molestaba y no quería que lo siga haciendo- respondí
Ajam, "fue porque me molestaba" siempre fue así Gabriel, date cuenta, sos un cobarde. No podes enfrentar ningún problema solo sabes destruir problemas. Era inevitable que tarde o temprano mates a alguien. De hecho si mal no recuerdo Jake habia evitado que mates a los dos ladrones- Sus palabras eran demasiado duras.
Pero yo jamás desee dañar a alguien. ¿Entonces debo bajar los puños y jamás levantarlos?- respondí
No, no deseaste, pero lo haces inconsciente genio. Sabes pelear, es innegable, y disfrutas peleando. El problema es que no sabes hacer otra cosa y cuando la situación te supera estallas como una bestia golpeando lo que se te cruce. No te confundas, yo no te vendo la mentira de ser pacifista, solo digo que podemos golpear pero no matar si tanto vas a llorar por los rincones-.
¿Entonces que debo hacer?- pregunte
Ahhhh no. En serio vos SOS idiota, pendejo. Te reventaría a trompadas. Deja un momento de ser tan pendejo, de hacerte el mártir y todas esas bobaliconadas. Mataste un policía, aprende a vivir con eso, como la muerte de Jake. No ayudas a nadie si estas dubitativo de quién sos. Solomon aprovechó un momento de confusión tuyo para jugar sus cartas bien. Aún no esta todo perdido. ¿Vas a bajar los puños? Eso seria una idiotez muy grande ¿Quién carajo va a pelear para enfrentar lo que venga? A ver idiota. Ellos siguen confiando en vos, pero si vos no decís que paso nadie va a comprender la situación. Leti esta con vos pese a que siempre te guardas todo. Después no vengas llorando que perdiste a todos y todo lo que querías.- Cada palabra era una puñalada en mi ya debilitado ego.
¿Y con Solomon, con el trato que tanto critica Tom?- Volví a preguntar
A Solomon se la devolveremos y el trato me da lo mismo vos ya sabes lo que tenes que hacer- dijo desapareciendo.

El yo más calmo tomó la palabra. Quizás necesitaba oír su relajo.
Seguís siendo el mismo violento de siempre. No solucionas tus problemas, los justificas. Decís que tu costado violento se apodera de vos, es decir, optas por tu ira más que por lo que te puede decir tu alma inmortal. Quizás no seas un buen mago. Quizás no seas digno de ser mago- ¿Acaso nadie se iba a compadecer de mí?
Así era antes de ser akashiko y por sobre todas las cosas sigo siendo Gabriel. Mago o no mago. Yo sigo siendo Gabriel. Ya se que línea no debo cruzar jamás- me defendí.
Pero entonces no progresaste nada. Eso es solo un justificativo para seguir actuando ridículamente. Para dar cuenta suelta a tu furia, la que prometiste aplacar, y negar tu inteligencia- acusó mi ya no tan calmada versión.
No es aplacarla, ¿Porqué debo obligatoriamente aplacarla? Puedo combinar ambas cosas. La parte violenta es parte mía incluso antes de ser mago. Y siempre va a ser parte mía- comprendía que debía aprender a maniobrar con mi persona.
¿Porqué asumís eso? ¿No podes asumir que quizás tu furia es una maldición? Estás hablando de tu dragón como tu merito... y quizás es tu peor defecto- intrigó
No es furia en sí. Puedo manejarla- dije
Mi Yo me contempló con ojos tristes. Solo esbozó unas palabras más
El dragón es tu perdición. Es lo que te vuelve soberbio y arrogante. El dragón te niega. Te vuelve tonto. Te da poder en estado puro, pero no te da iluminación- afirmó
Lo se, pero es peor si decido no volver a levantar los puños. No puedo ser un pacifista, la única cualidad que me queda es poder montar esa ola salvaje que llevo dentro y no morir en el intento- ¿Porqué no podía entenderme?
Seguís justificando el dragón. Todo lo q buscas es una forma de seguir destruyendo cosas y a todo eso lo pintas con palabras bonitas: "Montar esa ola salvaje, no morir en el intento". Es toda palabrería, nunca intentaste buscar opciones- acusó
Es cierto, recién ahora lo veo. Que hay opciones, pero eso no implica que cambie radicalmente lo que soy- aseguré.
Seguís igual. No queres ser distinto, no queres progresar.
¿Porqué ser distinto significa cambiar quién soy? ¿No debería en realidad aceptar quién soy? ¿En vez de cambiar quien soy? No soy el inteligente, ni el social, ni el previsor, soy quien puede pelear sin rendirse, solo debo encontrar el modo de pelear y que razón es la correcta. Maté a un policía, fue mi decisión, mi error. Lo mismo que los ladrones cuando Jake se sacrificó. Pude haber decidido otra cosa pero decidí eso. Y no voy a cometer el mismo error otra vez. Puedo aprender pero no puedo llegar lejos si tengo que negar lo que soy. Primero debo aceptar quien soy para poder entender mejor.-
¿No sabes quien sos todavía?-
Ahora ya lo se y se lo que quiero y no lo que no quiero.-
Parpadee por un segundo y ya estaba amaneciendo. A veces el tiempo pasa cuando uno esta sumido en sus pensamientos.

(Escribe Macs - Night Rider)

martes, 27 de octubre de 2009

El regreso

Victoria Delacroix

La reunión había terminado. Benjamin me preguntó que hacer y le dije que era libre de hacer lo que quisiera. Yo tenía que ponerme a buscar información del proyecto EOS, buscar información sobre Pentex y su situación actual, pensar cómo proteger el cuerno, crear un sistema en base al proyecto y presentarlo como segunda alternativa a la legislatura… Además tenía algunas ideas para mejorar mi sistema, un efecto para proteger mi foco, un arma inteligente, lentes especiales, sin mencionar que ya le había mandado un mail a Benjamin con la información de lo que me habían puesto en el corazón y que obviamente me iba a encargar personalmente de investigar en cuanto lograra replicarlo… Eran muchas cosas, iba a necesitar tiempo. Pero hoy no iba a hacer nada de eso.

Gabriela fue la última en irse y me quedé solo con Vicky en la sala.

-¿Te gustaría ir a cenar conmigo?
-¿Me estás pidiendo una cita?- me dijo sonriendo.
-Sí, es más…- entré a la página de un restaurante oriental y luego de unos segundos le dije- Tenemos una reserva a las ocho y media- Sabía que a ella le gustaba mucho la comida oriental, seguramente le iba a gustar ese lugar.
-¿Sos el mismo Nathan?- me dijo sorprendida, pero a la vez se reía. Su rostro mostraba cierta desconfianza. Ya la conocía e intuía un poco sus reacciones.
-Sí, ya no tengo ningún aparato tecnócrata en mi cuerpo ni nanomáquinas si te referís a eso- le sonreí.
-Bueno, entonces tengo tiempo para arreglarme porque todavía no son las siete, nos encontramos acá a las ocho ¿te parece?
-Dale.

Fui a mi cuarto y busqué un celular viejo que tenía guardado, iba a servir hasta que no tuviera tiempo de ir a comprar otro iphone. Tenía que estar comunicado por cualquier cosa que pasara. Volví a entrar a mi cuarto, todas mis cosas estaban ahí, un poco desordenado sí, pero nadie las había tocado, no podía creer que hubieran pasado dos meses desde que me desmayé frente al aula ¿Dónde me habían encontrado los tekis? ¿Habían roto el pacto de no agresión en la universidad? ¿O cuando estuve con Aslan me había transportado sin querer a otro lado? En fin, ahora no iba a seguir pensando en eso.

Me arreglé y me fui al living del chantry a esperar a Vicky, mientras me puse al tanto con las noticias de “Jack el destripador”, parecía que habían querido inculpar a Gabriel por esos asesinatos, pero ahora que habíamos pactado con Solomon los cargos habían sido levantados.

Mientras leía las noticias en mi notebook sobre el sillón sentí el aroma de un rico perfume que se acercaba.

-¿Leyendo sobre Jack el destripador?
-Poniéndome al tanto de dos meses de noticias.
-¿Te pusiste un traje? Menos mal, pensé que me había vestido demasiado formal.
Ella tenía puesto un vestido negro corto y unos zapatos de taco alto. Se había puesto también un chal negro con flecos.
-Estás muy linda.
Otra vez la mirada de desconfianza.
-¿Estás seguro que no te hicieron nada los tekis?

Le sonreí.
-Vamos, el taxi nos está esperando.

El restaurante tenía apartados individuales, lo había elegido especialmente para que pudiéramos conversar sin interrupciones, además que era un lugar bastante íntimo y especialmente pensado para parejas. Sobre la pared tenía un sillón donde se sentó Vicky y yo me senté frente a ella en una silla de madera, era un lugar bastante lujoso y había leído que a las chicas les gustaba por su ambiente romántico.
Después de cerciorarme de que no nos estuvieran vigilando le conté todo, desde que me había desmayado hasta que habíamos salido de la telaraña digital con Benjamin. También incluí mi “aventura” con Aslan, aunque no fui demasiado específico con lo que había pasado cuando estuve con él.

-Estuve a punto de hackear esa cosa que me habían metido en el cuerpo, pero Leti me dijo que era peligroso, que no sabíamos lo que podía pasar si lo hacía…

Ella estaba bastante seria. Seguía mirandome raro. Tanto tiempo dudando que ahora que me ausenté debía estar más sorprendida.
-Tuvimos que pactar con Solomon para que me lo saque- finalicé.
-Lo bien que hicieron, hubiera sido una locura que intentes hacer eso…
-Decidí hacerle caso a mi avatar, además todavía no quiero morirme- le sonreí- Si hay algo que aprendí de todo esto es que tengo que disfrutar más y dudar menos con lo que quiero.
-Me gusta tu nuevo yo- me dijo sonriendo. Al parecer, sus dudas se iban disipando. Seguramente esto era lo que ella esperaba.
-A mí me gustás vos, siempre me gustaste.
Ella me sonrió, estaba desprevenida y noté un ligero rubor en sus mejillas, yo estaba bastante nervioso pero decidido, si ella me rechazaba ya no me importaba. Me senté a su lado en el silloncito y la miré a los ojos, apoyé mi mano en su cara, su piel era muy suave. Lentamente acerqué mi rostro al suyo, ella no hizo nada por impedirlo así que busqué sus labios y la besé. Hacía mucho tiempo que no me sentía así.

-Te extrañé, estaba muy preocupada por vos- me dijo y me abrazó.
-Yo también te extrañé.

Nos quedamos abrazados un rato largo, sin decir nada, disfrutando el momento, ella se despegó de mí solo para volver a besarme.

-¿Sabés que es muy peligroso andar conmigo no? Thom dice que tengo tendencia a que me secuestre la Tecnocracia, pero bueno, es normal teniendo un hermano tecnócrata al que le gusta experimentar conmigo…

Ella sonrió al ver que me lo estaba tomando como si nada.
-Eso no me importa.
-Y sin mencionar que voy a tener poco tiempo libre ahora…
-Lo sé, todos vamos a tener poco tiempo libre. Además Solomon no se va a quedar de brazos cruzados cuando vea que estamos rompiendo el pacto.
-Sí, por eso voté en contra. Pero también es lógico que no vamos a quedarnos con los brazos cruzados mientras los tekis hacen lo que quieren con Londres. Lo que me preocupa es qué es lo que están buscando, qué tiene ese nuevo sistema que no tienen los que ya están funcionando actualmente.
-Vamos a tener que averiguarlo, pero no hablemos de eso ahora- dijo y se acurrucó en mi hombro.
-Tenés razón ¿Te gustó el restaurante?
-Sí, no creí que podría llegar a venir a un lugar como este con vos…
-¿Qué querés decir?
-Nunca me hubiera imaginado que eras tan romántico. Ni que yo pudiera serlo.
-Que me gusten las computadoras y sea algo tímido no significa que no sepa como impresionar a una chica- le sonreí- ¿A dónde te gustaría ir después?
-¿Puedo elegir cualquier lugar?
-Cualquiera.
-Entonces vamos a caminar a la plaza. Y luego no sé, a algún pub.

Caminamos de la mano bajo las luces de Londres, la verdad es que yo también me sorprendí, jamás pensé que me iba a pedir ir a caminar por la plaza. Estuvimos paseando hasta que se hizo bastante tarde, y decidimos volver al Chantry en la universidad. Ya todos estaban durmiendo, las luces estaban apagadas. Ella me besó una vez más, a oscuras, en el living del chantry. Yo le acaricié la espalda y la cintura y la besé en el cuello.

-¿Estás cansado?
-No tanto, puedo estar con vos un rato más si querés.
-Entonces vení.
Ella me agarró de la mano y me llevó hasta su habitación.

(Escribe Helcawen)

Lithium Flower


Letitia y Gabriela se miraban con dudas. Obviamente que tenían resquemores por el extraño, pero evidentemente ellas algo planeaban.

¡¡¡Está bien, llevalo, pero tenemos que ir de compras, Gabriela!!!.

Estas fueron las palabras de Leti mientras volvía con Thomas y Nathan que estaban reunidos en el comedor. [Nota mental: averiguar el nombre completo de Leti, no puedo seguir llamandola a así.]

Al llegar al comedor de ese mismo día, llegué a escuchar las últimas palabras de la conversación entre los dos muchachos, pero al sentarme en la mesa, justo se despidió Thomas y se levantaba Nathan para dirigirse a su habitación.

-¿Qué hago, Nathan?-
-Lo que quieras, por ahora no tenemos ningún plan- dijo mientras se internaba en su computadora buscando quien sabe qué.

Cuando terminé de armar un compuesto con ciertos destilados comunes, lo bebí, al principio el efecto me mareó un poco pero después todo se calmó, rapidamente sentí como mi cabeza se aceleraba por sobre mi cuerpo, de repente todo era más claro, todo era más rápido y más lento al mismo tiempo. Más allá de lo que pasaba en mi cabeza sentí tranquilidad en ese momento como no había sentido hasta ahora, por decirlo de alguna manera había estado desnudo hasta este momento. Con esa tranquilidad en mí me fui a dormir.

Al otro día le hice saber a Leti que estaba listo para ir “de compras”, parecía que manejaba el tiempo por la velocidad con que ella y esta chica Gabriela estaban en la puerta gritando para que me apure. Cuando salimos viajamos un poco por aquí y por allá, comprando un poco de todo. Cada tanto parabamos en una tienda de ferretería y yo llenaba el baúl de cosas que para Gabriela eran para "el plomero" y para Leti, si bien relevantes, tenía de sobra en su laboratario, sin embargo eran más seguidas las veces en que parabamos en una casa de ropa y las tenía que ver desfilar con un atuendo atrás del otro.

- ¿Me queda bien?- preguntaba Gabriela
- Sí, te queda muy lindo- ¿Qué más le iba a decir? Ella era la de la tarjeta de crédito
- Ah, pero eso mismo dijiste de los últimos dos que te mostré, ¿Dónde está Leti?-
- Cruzó al negocio de enfrente, dijo que habia un saco que le “encantó”, pero bueno querés la verdad: me parece que ese color no resalta tus ojos y que ese corte te hace ver más gordita- [Nota mental: eso estuvo de más, y juraría que ella lo notó].
-Jajaja ves que podés hablar en serio, igualmente yo creo que me queda bien, así que me lo voy a comprar igual- dijo ella con una sonrisa que escondía un dejo de enojo inocente.

Y así pasaron las horas, sí, horas, no podía creer lo que tardé y más yo que lo único que quería eran una par de cosas rápidas. Mientras las horas pasaban sentía que cuándo Leti se alejaba, Gabriela me miraba, o anotaba cosas en su cuaderno, supongo que precios porque eran demasiados números. Pero en fin, al volver vi una tienda de modelismo y me dio una idea.

-Estacioná aca que tengo que comprar una última cosa- mientras me iba bajando del destartalado auto de Gaby casi en movimiento.

Al salir con mi nuevo juguete ya estaba pensando en como mejorar el diseño y agregarle un par de cosas que me hubieran venido de maravilla en ciertas ocasiones pasadas, Leti me vio venir con una sonrisa de oreja a oreja

-¿Un avión a control remoto? ¿Para qué lo querés?- mientras la expresión de ironía se dibujaba en su cara. -Podríamos armar drones-
- ¿Cómo que para qué? Para volarlo -me parecía bastante obvio- aparte le voy a hacer unas pruebas en el Chantry-
-Oooookeeeeey. Es como cuando me hablabas de esas teorías alocadas en las reuniones, sos más freak de lo que pensaba- mientras se miraban con Gaby y reían al unísono, como las dos arpías que eran.
-Sí, pero con orgullo no hay nada mejor que conocer más acerca de todo antes de empezar a olvidar- filosofé.
Ellas se callaron y notaron la tristeza en mis ojos por mi estado actual. Y así siguió el viaje de regreso al Chantry, con chistes por acá y cargadas por allá.

Al llegar, casi no pude cruzar la puerta de la cantidad de bolsas de ropa, zapatos y demás huevadas tenía que cargar, ellas por su parte estaban llevando una cartera de mano (Gabriela) y las llaves del auto (Letitia, por fin averigüe el nombre).
En fin, al instalarme en la habitación empecé a, básicamente, romper todas las cosas que había comprado y reconstruir una versión en miniatura de los robots que habia visto en la base tecnócrata. Esperaba que pudieran tener las capacidades de sus primos mayores y que pudieran hacer bastantes cosas; los equipé con varias herramientas, las cuales saqué de unas navajas suizas que habia comprado.

Al medio día escuché los golpes de la puerta, era Leti que estaba hace ya un rato llamándome y yo estaba demasiado concentrado en lo que hacia.
–Eh freak- dijo Leti con una sonrisa. Al bajar estaban Alex, Gabriela y un, debo decir, suculento almuerzo. Mientras hablabamos surgió el tema de sus aventuras pasadas, algo me habían dicho Thomas y Nathan pero nada en concreto. Fue cuestión de incentivar un poco la “pasión” de Alex por los explosivos para que cuente toda la historia casi sin interrupciones mas que algún que otro regaño por parte de Leti o Gabriela, que sumaron más datos a la narración. Al terminar la comida empezamos a levantar la mesa y lavar los platos y en ese momento recordé:

-Tengan chicas hice esto para uds como agradecimiento por lo de hoy- dije mientras les presentaba mis “artefactos”
-¡Ahh!, es hermosa y tiene un olor maravilloso- dijo Leti mientras la colocaba en su pelo.
- Ciertamente es muy linda pero ese olor, ¿que és? ¿Acaso noto magia?- dijo Gabriela mientras miraba con un mirada penetrante
- si es magia, está hecho para tranquilzar y relajar las cosas, tambien para que simplemente huela bien, perdón si esto te disgusta pero me pareció una buena idea como obsequio, después de todo no tengo nada más que ofrecer- dije mientras la miraba a los ojos
- Bueno si decís la verdad entonces está todo bien- dijo ella mientras volvía a sonreir
- Dale, deja de molestarlo si lo único que hace es tratar de ayudar- dijo Leti mientras buscaba a Alex con la mirada para que lave los platos.

(Escrito por Velkan y corregido por Draften)

lunes, 19 de octubre de 2009

Malos sueños en una noche en Londres

(Escribe Hatta/Haim)


Dicen que cuando encontrás el amor, encontrás tu otra mitad. Eso nunca fue para mí tan particularmente cierto hasta entonces.

Nos encontrábamos en una base de la Tecnocracia. Buscábamos a los Caídos, que ya habían atacado varios lugares de Londres y seguían ganando terreno; no faltaba mucho para que culminaran el ritual que traería a Bren, un brazo del Wyrm, al mundo nuevamente.

Estábamos ahí todos: los muchachos y las chicas de la Cábala, y también estaba Eleanor. ¿Qué hacía ella ahí? ¿Cómo no la había mandado de regreso a casa? No: en esos momentos no había lugar seguro, y el más seguro era donde yo pudiera protegerla.

Elatha, aquel barabbi que traicionara a su Cábala y ayudara a Emereth en sus planes, estaba ahí; era nuestro adversario de turno. De repente, estoy frente a él. En esa época no lo noté -debí haberlo notado-, pero su hacha no era normal. No sabía, o quizá lo supe luego.

Un arco. Descendió sobre mí. No había escapatoria.

No hubo sangre, no hubo dolor físico. Mi cuerpo estaba intacto. Mi cuerpo físico, sí, pero algo no iba bien.

Su rostro blanco y esas motas de color, esas formas danzantes y esos ojos misteriosos... La mitad de ella a un lado, la otra mitad al otro.

Elatha reía. Emereth reía. El Caballero Negro reía.

Desgarrada, ella, mi alma misma, mi guía y mi vida era ahora jirones de lo que había sido.

Pero algo sucedió que nunca llegaré a explicarme. Podría haber muerto; peor aún, podría haber dejado de existir. Pero no. La mitad de ella encontró a qué aferrarse. Mitad en mí, mitad en Eleanor, mi Avatar seguía aquí.

Pero Emereth y los suyos aún reían.



Thom despertó de un mal sueño; estaba agitado y empapado de sudor. Elly le acarició el pelo. "Ya está, fue un sueño..." Thomas sabía que no, no había sido un sueño, más bien un recuerdo, un fragmento de su vida que jamás olvidaría y que, quizás, pese a las mil vueltas que le diera, jamás entendería. "Sí... perdón, te desperté." La sonrisa de ella lo calmó.

Trató de volver a dormir. Eleanor no tardó nada, pero él dio vueltas sin poder conciliar el sueño. Entre lo que había pasado con Nic-no-Nic, la información de que Nathan estaba en manos de la Tecnocracia, y el pacto que acordó Gabriel con Solomon, su cabeza no paraba de pensar.

"Estúpido Gabriel, no sabés nada. No entendés que un pacto implica más que un simple acuerdo que podés romper así como así... Un pacto implica una unión, un compromiso, y esas cosas no deben tomarse a la ligera."

Un pacto implica un lazo; un lazo implica un puente... Recordó eso que había notado, las grietas en la frontera entre este mundo y los Otros Mundos. Si había pensado en dormir, ya debía olvidarse de hacerlo.

"No saldré. Me quedaré aquí encerrado hasta que esto pase... Consultaré con Gabriela y con Nathan... Nathan; ¿dónde te tendrán?"

Salió silenciosamente de la habitación que compartía con Eleanor en el Chantry, y fue a la cocina. Un té y unas galletas podrían distraerlo.

"Si lo tienen Solomon y su hermano, pueden haberle implantado quién sabe qué horrores tecnológicos en el cuerpo, y él mismo puede no saberlo. No es seguro que entre aquí sin que antes -como mínimo- lo revise Letitia. Pero quizá eso ni siquiera baste. Habría quedado alguna marca de lo que hayan hecho, sí: podré descubrirla, o Nic podrá. Nic... ¿cuánto puedo confiar en Nic? Él dijo que ya pasó todo, pero si antes algo de él entró aquí y trató de matar a Leti -y mató a muchas personas antes, potenciales aliados... inocentes-, ¿estamos seguros con él aquí dentro?"



Caminaba por el Chantry cuando entró Nathan. "Thomas!" Estaba muy alegre, volvía a su casa. Me abrazó, y corrió a por su computadora. "Siempre igual vos, eh", le dije, y reímos. Entonces llegaron los demás, desde sus habitaciones. Todos estaban muy felices. Incluso Nic sonreía profusamente.

Nathan tecleó en su computadora y nos mostró algo: "Miren, esto los va a sorprender" Una luz cegadora nos encandiló. Desde la puerta, por el techo, incluso desde mi habitación -"Elly!", exclamé, al verla junto con ellos tan calmada y sonriente- llegaron soldados de elite de la Tecnocracia, algunos humanos, incluso esos androides que una vez nos atacaron...

Nic sacó su revólver y le disparó a Nathan. Luego, mató a Letitia y a Gabriela. Me apuntaba a mí mismo cuando todos, yo incluído, giramos al ver que Marianna venía desde un parsillo, llena de vitalidad, recuperada y poderosa. "Vino en nuestra ayuda", grité en mi mente con alegría. Empezó a arrancarse la piel; el pelo se cayó a mechones: era Hiperion, que finalmente logró controlarla y usarla para entrar al Chantry. Tenía en sus manos el Cuerno que cuidábamos en el Nodo.

Por el lado de la entrada llegó Solomon, pero no era Solomon sino Aslesa; junto a él/ella, Emereth y los demás. Hiperion invocó a Bren y al otro ser del Wyrm. Emereth tenía al tercero...



Despertó de un salto en la mesa del comedor; sus ojos llenos de lágrimas; sus dedos eran largas garras de algo parecido a hueso. Respiró para relajarse, y volvió a la normalidad. La taza de té estaba aún tibia: no habían pasado siquiera veinte minutos.

"Acabo de llegar y ya no estoy pudiendo controlarme. No: esto no puede seguir así."

Bajó al Nodo. Se aseguró de que todo estuviera en orden, y se acostó en el suelo.

"¿Qué tenemos que hacer ahora? Solomon unido a Gabriel por un pacto: tiene que deshacerlo. Nic y Nathan en posiciones poco confiables: debo encontrar la forma de estar seguro de que no son una amenaza. La Tecnocracia y su maldito proyecto nuevamente activo... ¿Siguen aliados a esa empresa del Wyrm? Si es así, implica que Emereth puede estar rondando..."

Se había ido, pero Thom sabía que con un Archimago de Tiempo buscando la tercera pieza de su juego macabro, cualquiera que pudiera servir de guía hasta ella podía regresar del pasado.



Despertó cuando ya era de día. No recordaba sus últimos sueños, y esto lo tranquilizó. Eleanor lo encontró después, y esta vez no le cuestionó nada.

Tenía que hablar nuevamente con todos, y debían ponerse de acuerdo en cómo proceder. No dejaría que las cosas se le escapasen de las manos una vez más. No podía. Había demasiado en juego.

viernes, 16 de octubre de 2009

Meditando en el Dojo

Rayna

(Escribe Night Rider - Max)

Meditaba en soledad en el centro de su Dojo, mientras el incienso ardía. Hablaba con alguien que deseaba que estuviera aquí para guiarlo.

-Sensei, estarías orgulloso de mí si vieras cuanto he aprendido en el último tiempo. Por donde empezar….

Alex mi gran amigo, te hubiera gustado conocerlo un gran hombre y un gran compañero ha sido quien mas me ha entendido en mi forma de ser y yo a él. Mas increíble es que pese a ser un mago de la Orden de Hermes hemos dejado esos temas de lado y hemos trabajado en guiar junto a los chicos del Dojo.

Los chicos del Dojo, si los viera cuanta alegría te darían. En especial te agradarían Rayna y Brandon de orígenes distintos pero tan compenetrados con el Dojo. Quizás Brandon me preocupa, a veces me recuerda tanto a mí de joven. Los otros días se encontraba perturbado: habia usado lo que aprende en el Dojo para golpear a un chico que se acerco a su novia. Por suerte estaba Alex que los conoce a los muchachos y utiliza otro estilo. Obviamente Brandon perdió contra Alex pero no fue porque sea malo, si no porque su ira lo habia cegado simplemente deseaba golpear a su enemigo y eso lo traicionó. Realmente lo aprecio y deseo que no termine perdido por su ira. Y Rayna, esa chica pese a los conflictos que atraviesa día a día es una gran alumna, diría que tiene dos maestros ya que Alex también le enseña algunas cosas. Lo que ha hecho que Rayna tome lo mejor de ambos y lo convierta en propio.

Jake, realmente estarías orgulloso de todos estos chicos, de cómo tu legado sigue en pie.

Incluso he podido olvidarme de tanto odio para permitirme relajarme en los brazos de alguien, su nombre es Letitia. Ella es maga también aunque sea de un extremo opuesto vive con sus artilugios mecánicos y electrónicos, pero eso realmente no importa.

La conocí cuando estaba luchando por sobrevivir y noté que era una mujer dura, sin embargo este último tiempo que nos hemos dado para nosotros he descubierto la gran ternura que esconde. Incluso hemos aprovechado para salir a comer y a bailar. Es sorprendente las cosas hermosas que puede haber a tu alrededor si te das tiempo para verlas. Ahora ha decidido comenzar a venir al Dojo aunque no entienda aún nada de lo que enseño.

Por ultimo he comprendido varias cosas después de tener un encuentro con mi Avatar, si así es, el famoso Dragón Negro me ha hablado. Mejor dicho deseó ponerme a prueba y enseñarme cosas que había ignorado todo este tiempo. Aun me sorprendo recordando esas imágenes. Brandon muerto, Rayna muerta, Letitia muerta y yo solo frente a Hiperion. Es increíble como frente a la desesperación la mejor salida es la calma. Si hubiese sido tiempo atrás dudo que hubiese podido superar esa prueba, pero ahora, ahora ya no soy el mismo niño de antes.

El Dragón me explico lo que tú hiciste, aunque igualmente sigo preguntándome. ¿Porqué Jake, porqué lo hiciste?-

Los inciensos se habían consumido, se levantó de su posición y decidió irse a descansar junto a Leti. Que dormía en la habitación del Dojo.



Brandon

Abriendo los ojos

Juliet Aubrey

Desperté en un cuarto impresionantemente blanco, no se distinguían las paredes ni las fuentes de luz, las esquinas estaban completamente ocultas para el ojo desnudo.
Ahí había dos personas enfrente de mí que actuaban de manera natural, no se inmutaban por la “belleza” de la habitación, si es que era una habitación.

Sin adentrarme en las conversaciones que se sostuvieron dentro de la habitación debo decir que esas personas parecían muy seguras de si mismas, como si tuvieran un as bajo la manga.
Sin embargo algo los preocupaba, mis recuerdos, aquellas imágenes que ni yo mismo podía recordad ni con esfuerzo, parecían ser de gran importancia para ellos, y estaban muy preocupados por saber que tanto recordaba.
Se tranquilizaron un poco cuando supieron que mis imágenes concientes sobre mi pasado no eran de utilidad para ellos, algo diferente era sin embargo mi inconsciente, y me sometieron a un extraño proceso: me inyectaron un somnífero (lo llamo así por los efectos que tuvo sobre mi cuerpo).
Cuando las imágenes empezaron a aparecer me vi en las calles de una ciudad, me parecía familiar sin embargo muchas cosas aun eran espacios vacíos, en esta ciudad habían dos personas que parecían tener la nitidez de una fotografía, dos niños uno de ellos era una joven debo decir muy apuesto y estaba acompañado por una hermosa muchacha de increíbles facciones.

-Vamos, lo encontré, debo mostrártelo- dijo el chico
-Bueno, Benjamín, te sigo- dijo ella mientras se colocaba un sobre todo.

Algo muy extraño es que la doctora que estaba interrogándome estaba presente en esa imagen, estaba al lado mío, estaba observando con gran atención a esos jóvenes. No tarde mucho en darme cuenta lo que sucedía, estaba presente en mi recuerdo, algo sumamente extraño, pero estaba pasando y esta doctora, una tal Aubrey no menguaba su atención ni por un segundo.
Sin ningún movimiento pudimos seguir a los niños hasta una casa antigua y bien cuidada, un monumento histórico evidentemente olvidada en el tiempo por la ciudad cada vez mas creciente en su infraestructura. Los jóvenes ingresaron a la casa por una reja y se escabulleron en el sótano, es allí donde estaba lo que la doctora estaba buscando. Mi “yo” joven enseñó a la niña un cajón de gran tamaño que yacía en el suelo.

-Esta es la fuente- dijo el joven mientras lo abría.

Dentro del cajón se encontraba una lanza, una lanza que parecía tener procedencia romana o del medio oriente por la forma en que la parte metálica agarraba el mango. En uno de los costados del cajón se vislumbraba un extraño símbolo. El joven sacó una especie de tester, algo bastante raro, y lo oriento hacia la lanza.

-Esta es la fuente, las lecturas son impresionantes-
-Esta cantidad de energía alcanzaría para alumbrar media ciudad sin ningún problema- dijo la joven al observar la aguja de aparato.
-Debemos informárselo al profesor lo antes posible, harán desfiles en nuestro nombre, seremos famosos-


La siguiente escena del recuerdo me traslada (y a la doctora Aubrey) a un laboratorio donde se encuentra una señor de edad muy superior a la de los jóvenes, y estos le muestran fotografías de su descubrimiento. El señor parece bastante “alegre” con el descubrimiento pero aun así continua prestándoles atención a los jóvenes hasta que ellos parten.

Lo siguiente que sé es que estoy de vuelta en esa habitación blanca, con la doctora a mi lado y ayudándome a levantarme, al salir de la habitación veo lo que parecen ser grandes instalaciones de investigación y desarrollo. La única cosa que me llamo la atención es el parecido físico que tienen los investigadores “menores” que allí trabajaban.

Ese día me dedique a comer, dormir, y navegar en Internet, trataba de buscar algo que disparara un recuerdo pero no fue fructífero, sin embargo leí gran cantidad de información y esta no parecía serme ajena. En un momento dado, las luces se apagan, y empiezan a sonar las alarmas de emergencia (-ninguna alarma puede ser buena- me dije a mi mismo) al salir pude observar que las instalaciones habían sido atacadas, había algunos cadáveres y un gran agujero en el techo, el cual abarcaba varias habitaciones. Al investigar un poco mas descubro un gran artefacto humanoide, una especie de cruza entre maquina y hombre, esta criatura se acerca a mi y dispara una especie de luz, la cual me daña el abdomen. En ese momento despierto solo para descubrirme en la cama empapado en sudor y completamente agotado.

Después de un poco de descanso vuelve a aparecer la doctora en su fabuloso traje blanco, luego de una leve charla volvió a inyectarme con ese maldito fluido.

Ahora la escena parece ser de una habitación, algo así como un refugio, en esta se encontraban varios monitores que al parecer vigilaban los muros de un castillo, y en ellos se deslizaba una hermosa mujer con un traje blanco de cuero ajustado.

-Ya estoy en posición, ahora te toca a vos Benjamín- susurró la mujer
-Claro, ya tenes el camino libre, Violet- le dijo mi recuerdo
Después de unos momentos:
-Hay problemas Ben, debo retirarme, nos encontramos en el lugar en que quedamos- dijo ella con vos agitada

Al mismo tiempo que ella pronunciaba estas palabras yo vomitaba sangre sobre el teclado de los computadores debido a una bala que se me había incrustado en la espalda. Al despertarme (y por ende al continuar el recuerdo) logro verme encerrado en una celda de cierta antigüedad debido a su aspecto, del otro lado de las barras estaba aquel doctor que había visto en mi otro recuerdo, esta vez tenía un arma en la mano y en su mirada se notaba el que pensaba usarla.

-Que lástima que no te uniste a nosotros, hubieras sido una gran adquisición- dijo el viejo mientras disparaba a mi cabeza (y debo decir que acertaba en el blanco)

Al despertarme apenas logro reincorporarme cuando la doctora habiendo conseguido bastante de mi cabeza (a lo cual ya me estaba molestando que me traten como una rata de laboratorio) me propuso el hacer unas pruebas para unirme a su asociación, sin recuerdos, identidad o lugar a donde ir, accedí de buena gana.
Los exámenes eran sencillos, al menos para mi, entendía todo de una manera intrínseca. Hasta que sucedió un accidente el cual dejo a la vista unos extraños contenedores que almacenaban cuerpos humanoides.

-¿Acaso esto es lo que me espera?- me dije a mi mismo
-Al demonio con estos imbeciles, si quieren hacerme su experimento se llevaran una gran sorpresa, eso sin contar el espectáculo de fuegos artificiales que habrá cuando intenten ponerme un dedo encima- esas palabras salían de mi cabeza como si fueran naturales a mí, de pronto recordaba cosas que ninguna persona común debería saber, cosas que podrían ser mortales de conocer tanto para los que poseen dicho conocimiento como para los que se enfrentan a este.
Con este repentino estallido de adrenalina y aprovechando que el accidente noqueó a la doctora y sus ayudantes, liberé al pobre muchacho que se encontraba en el contenedor más cercano, no iba a dejar que sufriera lo mismo que yo, y me dispuse a encontrar una salida de este infierno color blanco.

-Y si no la encontras: la fabricaras- me dije

miércoles, 14 de octubre de 2009

El entrenamiento de Gabriel

Gabriel

(Escribe Night Rider / Max)

Habia pasado un dia luego del caos, y cada uno retomaba sus actividades. Si bien varios se habian quedado en la universidad Gabriel decidio volver a su hogar, a su dojo.

No era que no apreciara a sus amigos, ni mucho menos simplemente el necesitaba ordenar su mente y su cuerpo. Dentro de el se agitaban dudas y preocupaciones. Habia hecho cosas de las que quizas no se encontraba seguro ahora. Le preocupaba el hecho de haber tenido que haber liberado el Dragon después de tantos años de haber estado sellado. Gabriel notaba su cuerpo cansado y su energia debilitada producto del esfuerzo que era lograr controlar el Dragon. Sin embargo esto no era lo que mas golpeaba en su mente con frecuencia, lo que lo hacia era la imagen de Hiperion deteniendo su Dragón en el aire y la frecuente sensación de que Hiperion volveria a aparecer.

En su Dojo la primera semana se dedico a descansar y recuperar fuerzas para su entrenamiento personal, sin embargo por las noches no podia descansar bien. A veces soñaba con el Dragon, otras con Hiperion y quizas las mas extrañas era cuando soñaba con su Maestro.

El primero que tuvo fue el dia que comenzo su verdadero entrenamiento con el Maestro Jake. Era un dia que el queria demostrar que realmente era fuerte. Pero el Maestro le demostro que no todo era una cuestion de fuerza. Ese dia Gabriel habia decidido desafiarlo para ganar su respeto.

Sin embargo pese a la furia descargada en su golpes en su improvisación lo unico que recibia de parte del Maestro era un golpe con la mano abierta en el costado de su cara dejandosela roja.

Y lo que dijo el Maestro al finalizar la pelea fue lo que transformo a Gabriel.

Eres un ignorante. Peor que los niños. No sabes nada sobre el uso del cuerpo.

Vuelve cuando sepas... ...como pararte.

Luego de esto Gabriel se habia ido del Dojo pero a la hora habia regresado. Encontro al Maestro haciendo una de sus tipicas tareas del hogar.

El Maestro no lo miraba sin embargo Gabriel comenzo a hablar.

Soy Gabriel. Siempre abusaron de mi mientras crecía en los barrios.

Eso no me gustaba. Así que comenze a golpear y lastimar a todo el que me molestara.

Quería asustar a la gente. Aprendí a golpear como un animal para ser feroz y poderoso.

Pero hoy fui totalmente vencido

¡Creí ser el mejor, pero usted me derroto tan fácilmente!

Después de un largo esfuerzo, al fin entendí que no es un asunto de fuerza sino del corazón.

No puedo asustar a la gente, golpeandola. Nunca mas golpeare a una persona para demostrar mi poder. Pero si diré que el Maestro Jake dejo una cachetada en mi cara.

Me esforzare. ¡Gracias!

Al finalizar esto el Maestro Jake no pudo evitar sonreir y recibir a Gabriel bajo su tutela.

Extraño sueño habia sido este que ocurrio a la cuarta noche en la que Gabriel habia retornado al Dojo. No podia negar que cierta tristeza lo inundaba. Extrañaba las palabras del Maestro. Cuando se desperto luego del suñe aun era noche, y no pudo evitar ir hacia una habitación del Dojo, pequeña en la cual Seinan, el anciano maestro de Jake y quien sello el Dragon de Gabriel, habia depositado algunas pertenencias de Jake.

Gabriel por primera vez en todos estos años habia decidido entrar ahí.

Jamas lo habia hecho por respeto a Jake, pero ahora algo lo llevaba hacia alli. Sobre un mueble habia un marco con la foto de Jake en su juventud. Varios escritos y dibujos de katas que el Maestro Jake habia estado probando. Y sobre una repisa se encontraba un Nunchaku triple el cual recodaba Gabriel alguna vez se lo habia visto usar para practica a su Maestro.

En ese momento comprendio Gabriel cuan lejos estaba de su Maestro cuan lejos estaba de su camino y no pudo evitar recordar otras escenas de su pasado.

Habia pasado una semana del reotrno al Dojo y ya se sentia en condiciones de comenzar su propio entrenamiento. Sabia que para contrarrestar las artes de Hiperion el tambien deberia comprender el fluir del Tiempo.

Primero comenzo una meditacion profunda para conectarse con las bases de las enseñanzas Akashikas que habia recibido.

Asi en este estado de concentración logro encontrar lo que buscaba. Las enseñanzas basicas que le entrego Seinan.

Seinan solia decir que un Hermano debia enlazar su ser con las corrientes del Patron que circula hacia delante y atrás de la existencia. Lo hecho ahora no solo influye en el mañana si no tambien en el ayer.

Una vez que recordo esto Gabriel comprendio que para sentir el fluir del Tiempo debia ser uno con su entorno.

Le costaba comprender como lograr ser uno con su entorno, tantos años dedicado a canalizar los elementos de las fuerzas naturales que ahora no haya el metodo para lograr su objetivo.

Un dia regando las plantas del Dojo noto que habia una planta que poseia unas hojas particulares, particulares porque dichas hojas almacenaban cierta cantidad de agua y luego la devolvian a la tierra gota a gota con una natural frecuencia.

Ahí estaba la respuesta. Cada vez que regara las plantas se sentaria a meditar para poder llevar su respiración al mismo ritmo que el caer de las gotas.

Asi paso varios dias intentando que su cuerpo se adaptara a los tiempos de su entorno. Luego de lograr dominar su respiración, en un ritmo como el del agua, intento hacer lo mismo pero con una especie de reloj de sol. Trataba de que su meditacion durara fracciones de tiempo pero no queria que estuviera medido por nada mecanico si no que fuera el tiempo “verdadero”.

Asi dedico muchas horas a tratar de que su ser reaccionara solo cuando hubiese pasado una hora “sol”, hasta que finalmente lo logro. Ya podia sentir el fluir del tiempo solo concentrandose y respirando profundamente pero aun faltaba.

Como podia transmitir el sentir del tiempo a un modo practico en su utilización del Do. Habia visto lo que fue capaz de hacer Hiperion con su Dragon y queria evitar que eso volviera a suceder no queria volver a ser vulnerable frente a las artes de Hiperion.

Dedico tardes mientras los chicos entrenaban, a practicar con el nunchaku triple que habia sido de su maestro. Era un arte distinta el luchar con eso porque no era luchar si no que el nunchaku fluia como el agua a diferencia de los dobles que solia usar el. Los cuales los utilizaba con movimientos tan ligeros como el aire para golpear con la dureza de la roca. Los alumnos miraban asombrados como su propio maestro buscaba aun aprender nuevos movimientos y como los lograba con una espectacular sincronia.

Gabriel seguia debatiendose en que modo podia mejorar su control del flujo del tiempo pero no hayaba la forma hasta que una noche el gotear de una canilla mal cerrada lo desperto y ahí lo comprendio. Solo debia esperar un dia de torrencial lluvia para poder avanzar en su aprendizaje.

El dia llego y el servicio metereologico anunciaba una fuerte lluvia, Gabriel se preparo cerro el Dojo y sobre el piso de madera coloco una serie de velas y elementos con incienso ardiendo. Cerro los ojos, se coloco en posición de kata, respiro profundamente y espero. Cuando la primera gota impacto sobre el techo de chapa del Dojo, Gabriel y habia lanzado el primer golpe. Lo movimientos de sus manos y pies se sucedian al unisono con el golpeteo de las gotas sobre la chapa. Asi habra estado largos minutos aunque no sentia el transcurrir del tiempo como cuando lo miraba en un reloj por el contrario se sentia fluir con el y no percibia variación alguna en este momento, este momento era suyo, para el y para su ser interno.

Cuando la ultima gota golpeo el techo, la palma de Gabriel se tenso hacia delante. Habia conseguido lo que queria habia logrado que su cuerpo pudiera interpretar lo que su mente percibia. Ya estaba listo para avanzar…

martes, 13 de octubre de 2009

Preludio a la 2º parte: Nathan

Nathan

La universidad ahora era mi casa. Pasaba los días estudiando, en las clases de nanotecnología o en el chantry. Había estado trabajando en mi notebook, quería agregarle un programa que me permitiera localizarla en cualquier momento, no solo para que si me la robaran pudiera controlarla a distancia, sino para destruirla de ser necesario.
Fue lo único que hice ese mes. Gabriela me había aconsejado que no hiciera magia en ese tiempo, literalmente me dijo que “apestaba a paradoja”. Sí, no era extraño, en la batalla contra Hyperion y Solomon había realizado efectos tan burdos que hasta había quedado atrapado en ese horrible lugar, el cuarto sin arriba, sin abajo y que solo tenía un islote flotando en el vacío.
De nuestros “amigos” tecnócratas no tenía ni noticias, sí sabía que el tal Kaleb había empezado a subir posiciones a lo loco y que ahora su rango era bastante más elevado que el que tenía cuando lo conocimos. Era bastante sospechoso…
Además pasaba bastante tiempo chateando, o jugando con Darkstar, Wedge y Psyduck. Wedge era un niño de catorce años que cada tanto saltaba con frases como:
“¡¡No saben!! Hoy hackeé la página de la NASA” lo decía satisfecho y orgulloso de sí mismo.
“¡Ah ni que fuera la gran cosa!” le decía Wedge, él era un treintañero, que vivía solo en una cabaña vaya a saber uno en que isla perdida.
Darkstar era un misterio para ellos, casi nadie la veía en persona, salvo en determinadas circunstancias como la que llevó a que ambos nos conociéramos fuera de la red.

Estaba muy contento viviendo ahí, por primera vez después de lo que me había pasado con mi hermano sentía que tenía un hogar donde volver. Me llevaba muy bien con todos y sabía que ellos me apreciaban.
Alex siempre charlaba conmigo e incluso me había llevado a un polígono de tiro a practicar. Era como en los fichines pero en la vida real, la verdad me gustó bastante, quizás podría anexarle un arma inteligente a mi notebook... tendría que estudiarlo. Siempre tenía buena onda con él, salvo los casos en los que estaba junto a Vicky. En esos momentos trataba de hacerme parecer debilucho pero no me pareció raro, seguramente quería algo con ella y yo era un estorbo en ese sentido. Él salía siempre con chicas de la facultad, pero sus relaciones no le duraban más de una semana, igualmente eso no parecía importarle en lo más mínimo. Cada tanto aparecía con una chica, ellas se sacaban fotos con él para mostrar en sus blogs con el fachero que habían estado.
En mi caso parecía que ahora tenía un “club de fans”, las chicas se me acercaban pero a mí eso no me interesaba por el momento, además de que mi timidez no me ayudaba mucho, yo tenía mi mente en otra persona…
Thom no había vuelto a aparecer en el chantry, al igual que Nic, el enigmático enfermero. El que sí venía bastante a visitarnos era Gabriel. Se notaba a la legua que quería algo con Leti, y cuando él no estaba Gabriela y Vicky se encargaban de llenarle la cabeza de que él era un muy buen chico, que debía darle una oportunidad. Ella no parecía muy convencida, creo que él le parecía muy joven, pero tampoco estaba haciendo esfuerzos para que ellas dejaran de hablar de él. Quizás sí estaba interesada en el fondo… aunque no sabría decirlo con exactitud.
Gunnar venía de vez en cuando y charlábamos, me contó que ahora estaba con su mujer y viajaban bastante para organizar a su gente. Incluso hacían viajes al continente con este propósito. Algunos magos que no conocía venían a visitar a Marianna que aún seguía en ese estado de “inconsciencia” por haber realizado ese magnífico, y a la vez destructivo para ella, efecto de tiempo masivo. Leti estaba mucho tiempo con ella, quería ser la primera en darle las gracias cuando despertara por haberle salvado la vida.
Un día fui a pedirle que me diera algunas partes que necesitaba para mi notebook y pasé a su cuarto. Vi que tenía toda una batea de comics de Iron-man, y de otros super héroes, la verdad que no creía que podía encontrarme con alguien con quien compartir ciertos hobbies. Tenía incluso naves, algunas compradas y otras que las había hecho ella de metal. Cuando vi su vitrina con sables laser no lo pude creer. Me dijo que era fan de Star Wars.
-¿Funcionan?
Ella sacó uno y lo prendió.
-¡No! ¡Qué bueno! ¿Y corta?
-Sí, no como en la película, pero cortan. Obviamente no lo podés sacar afuera porque explota.
-No me interesa sacarlos afuera… están buenísimos.
Además me mostró que había intentado replicar con un “reproductor holográfico en 3D” la batalla de Coruscant. Los gráficos eran bastante rectangulares, le dije que quizás con algún programa de diseño podría mejorarlo, pero en realidad lo bueno era el reproductor holográfico. Esa mujer era muy inteligente.
Gabriela pasaba la mayor parte del tiempo en sus clases, no estaba mucho en el chantry, y si bien no nos llevábamos mal ni nada no tenía tanto trato con ella como con otras personas allí. Además Vicky me había contado algo que me sorprendió bastante, me dijo que un día antes de todo lo que había pasado, había visto a Solomon, hablando con Gabriela… En fin, creo que mejor no voy a intentar indagar en el tema y tampoco lo voy a comentar salvo que sea muy necesario.
El pequeño William y su maestro Aldus se la pasaban de excursión en excursión y venían a veces a visitarnos. Aldus siempre iba a visitar a Marianna cuando venía, luego volvía a marcharse con su alumno a otro lugar del país.
Sí, la dejé a ella para el final, con ella es con quien más paso los días. Mi relación con Vicky se había vuelto mucho más estrecha ese tiempo. Íbamos al cine, me acompañaba a las clases y salíamos a pasear por ahí. Además pasábamos mucho tiempo juntos en el chantry. Ella no estudiaba, y vivía de su prima, iba de oyente a algunas clases pero no estaba siguiendo ninguna carrera. Muchas veces me acompañaba y gracias a ella el “club de fans” ya no se me acercaba tanto, lo que era bastante bueno.
-¿Querés ir al cine? ¿Qué vamos a ver?- le pregunté.
-Pochoclo- me respondió. Le gustaban bastante las películas de acción y tiros.
-Pero podrían ir a ver esa película francesa que está tan buena…- nos dijo Gabriela.
-¡Aburrido! – dijo Vicky.
-Yo también prefiero el pochoclo…
Sino también nos quedábamos en el chantry a ver películas de magos para morirnos de la risa. De lo que sí no se hablaba era de Harry Potter, para ella (y para Gabriela) era prácticamente un insulto.
Su visión de la magia era muy diferente a la mía, usaba su notebook para hacer complejos cálculos pero era una máquina corriente después de todo. Le instalé varios programas que podían ayudarla, pero ella la formateaba porque no los comprendía.
-¿Cuándo la formateaste?
-Emmmmmmmm
Así que le instalé programas más sencillos que pudiera utilizar. Su computadora tenía un grabado de un sello mágico arriba y otro abajo y a los costados tenía escritas runas que no comprendía… Era un misterio para mí ese tipo de conexión con la magia.
Alex le tiraba onda todo el tiempo a Vicky así que un día le pregunté.
-¿Qué onda con Alex?
-¿Estás loco? Ni mal…
-Deberías hacérselo entender…- le dije sonriendo.
-Digamos que si vos le decís a alguien que no podés salir un sábado a la noche porque tenés que cuidar a tu abuela… o porque te tenés que quedar “estudiando” está más que claro…
La realidad era que a mí me gustaba bastante Vicky, pero pasó un mes y noté que empezó a andar más con Alex. No sabía si eso era porque me quería dar celos a mí o porque se había cansado de nuestra relación que no era más que una amistad. Así que para que no estuviera con él empecé a invitarla más seguido, hasta que prácticamente todos mis tiempos libres los pasaba con ella. ¿Por qué tenía que estar esperando hasta estar seguro si ella quería algo o no? ¿Era por lo que me había pasado con Julie o simple timidez?

Pasaron dos meses…

Una de mis clases las daba una profesora que parecía estar medio loca, su nombre era Juliet Aubrey y todas las clases se aparecía con un peinado diferente. Parecía loca, pero no lo estaba, de hecho era bastante coherente lo que decía. Lo que pasaba era que para sus alumnos las cosas que ella decía no eran más que ciencia ficción. Todos hablaban de teoría pero ella hablaba más sobre la práctica. Si no era tecnócrata no sé lo que era… Aprendí bastante de ella y tuve que empezar a leer libros sobre ciencias porque no entendía algunas cosas de las que hablaban, mi conocimiento no era tanto teórico sino más bien práctico. Empecé a leer también libros sobre biotecnología y fue un tema que me interesó bastante.
Un día fui a mi clase de Nanotecnología 2 y el profesor nos dio un trabajo práctico que iba a ser grupal, no éramos muchos en las clases específicas de la carrera, así que fueron tres grupos de cinco personas cada uno. Yo era capitán de uno de los grupos y mi profesor me pidió quedarme un rato más. Cuando salí del aula, de repente ya no estaba en el pasillo de la universidad…

El cielo estaba nublado y yo estaba parado en el islote rocoso en el medio de la nada, otra vez…
Intenté medir las dimensiones de ese espacio, pero mi notebook se tildaba y no paraba de escanear, evidentemente tenía un efecto de correspondencia que no podía bloquear. Busqué mi ubicación, estaba en Londres, pero eso no era Londres. Quizás mi cuerpo estuviera en la universidad y mi mente estuviera allí…
Pero la voz de la otra vez me empezó a hablar…
“¿Quién sos?”
“El todo y la nada…”
“¿Dónde estoy?”
“Este es un punto donde todos los caminos se unen, todo llega hasta aquí.”
Otra vez con sus jueguitos, intenté comunicarme con el exterior, pero según mi notebook estaba en Londres.
“¿Por qué querés salir?”
“No quiero estar en este lugar”
“¿Por qué no valorás tu vida Nathan?”
“Yo valoro mi vida”
“¿Qué tan importante es tu vida? ¿Por qué ponés siempre tu vida sobre la de los demás?”
“Por que haría lo que fuera por mis amigos”
“¿Ves? No valorás tu vida…”
“Sí que la valoro, dame un ejemplo de que no valoro mi vida”
Me estaba empezando a desesperar otra vez. La voz me mostró el momento en que teletransporté la moto de Gabriel para que fuera a buscar a la mujer de Thom.
“¿Por qué la ayudaste? Ella no es tu amiga”
“No, pero Thom sí, y ella es su mujer”
“La vida es un ciclo a veces vas a perder a tus amigos…”
“No si puedo evitarlo…”
Él seguía insistiendo en que yo no valoraba mi vida, pero eso no era verdad.
“¿Tenés miedo de tu hermano Nathan?”
“¿Y ahora por qué saliste con mi hermano? ¿qué tiene que ver?”
“¿Por qué le tenés miedo?”
“¿Porque dijo que iba a matarme?”
“¿Por qué darías tu vida por la tus amigos?”
“Porque los quiero”
“¿Y ellos harían lo mismo por vos?”
“No lo sé, nunca les pregunté”
“No lo harían”
“Eso no lo sabés”
Me estaba cansando le mandé un mensaje a Vicky, no sabía si iba a funcionar pero lo intenté:
“Estoy en el aula 203 ¿me pasás a buscar?”
“OK”
Pero mi notebook, mi celular y todo desapareció en ese instante. Estaba desnudo sobre ese islote.
“¿Darías tu vida por ella?”
“Sí”
“¿Por qué?”
“Por que es mi amiga y porque la quiero”
“Puedo traerla si querés…”
En ese momento un portal se abrió y Vicky entró al islote.
“¿Qué es este lugar?” preguntó. En ese momento se empezó a ahogar. “No… puedo… respirar…”
“¿Por qué la trajiste? ¡Sacala de este lugar!…”
Pero la voz no dijo nada, estaba desesperado, Vicky se iba a morir. No podía salir yo mismo, menos iba a poder sacarla a ella. Cuando cayó al piso comencé a hacerle respiración boca a boca, en un momento pareció mejorar, pero después… No podía hacer nada, y después de un momento ella estaba muerta.
Grité, grité muy fuerte.
“¡Por qué tuviste que traerla!”
“Ahora seguramente me odias…” El cuerpo de Vicky desapareció. “Ella no está muerta”
“¿Era necesario?”
“Sí”
“No es gracioso, quiero volver”
“No lo entendés, sos un tonto”
En ese momento volví a estar en la universidad, pero todo estaba quieto. Nada se movía. Me dirigí hacia el chantry todos mis amigos estaban allí, Vicky también.
“¿Tengo que matarlos a todos para que entiendas?”
“No, basta”
Pero en ese momento todos mis amigos cayeron muertos al suelo. No podía más con esa tortura, ¿por qué me hacía sufrir de esa forma? Salí a buscar ayuda, ahora todo había vuelto a la normalidad, pero mis amigos estaban muertos.
-¿Qué te pasa Nathan? ¿Estás bien?
-No… algo pasó…- pensaba en el funeral de mis amigos, tenía que avisarle a Thom. Lo llamé al celular.
-Thom… pasó algo…
-¿Nathan? ¿Qué pasó?
-Tuve una visión como la otra vez… y ahora… nuestros amigos están muertos- a esta altura ya estaba llorando.
-¿Cómo quiénes están muertos?
-Todos, Alex, Gabriela, Vicky…
-¿Qué cómo que…?
Escuché un ruido como si se estuviera ahogando y luego cayó y se cortó la comunicación.
-¿Thom…?
“¿Tengo que matar a más de tus amigos para que lo entiendas? Es muy noble arriesgarte por tus amigos, pero no si no entendés que los podés llegar a perder”
Fui hacia el chantry una vez más, no podía llamar a nadie o él los iba a matar, sea quien fuera. Iba a enterrarlos yo mismo de ser necesario. Pero volví a aparecer en el islote.
“La vida es un ciclo, podés perder a tus amigos Nathan, tenés que entender eso.”
Había perdido a John, a Julie, y ahora a ellos. Mi temor, el peor de todos, que me volviera a pasar lo mismo.
“Lo sé, pero eso no significa que no me vaya a arriesgar por ellos”.
“No dije eso, es muy noble que te arriesgues por ellos, pero tenés que intentar buscar otro camino.”
“Bueno, pongamos un ejemplo, es mi vida o la de la persona que amo, ¿qué debería hacer?”
“¿Por qué no buscar un camino donde no muera ninguno?”
“No era eso lo que intentaba decir…”
“Podés cruzar un camino de montaña bajando y subiendo por la cordillera, pero quizás podrías buscar un puente. No seas cerrado, no te quedes siempre con una única opción, siempre habrá otro camino.”
“Pero yo voy a seguir haciendo lo mismo, no voy a poder ver a mis amigos en problemas y no ayudarlos”
“Y eso es muy noble, pero también tenés que entender que los puedes perder ¿Lo entendés ahora Nathan?”
“Sí…” aunque en realidad no estaba muy convencido.
“No te servirá nada de todo esto, la muerte de tus amigos habrá sido en vano sino lo entendés”
“¿Era necesario que los mates? ¿No había otra forma?”
Un enorme León apareció frente a mí. Era Aslan, mi avatar. Me llamó por otros nombres que reconocí como míos, quizás en otras vidas… pero yo no creía en la reencarnación. Me dijo que él estaba allí para ayudarme a progresar, que él también progresaba cuando yo lo hacía y que esa prueba había sido para eso.
“Ellos no están muertos”
Me tranquilicé cuando me dijo eso, aún no sabía con exactitud qué había pasado.
“Ahora ¿sabes como salir Nathan?”
“Si no existen las distancias…”
Cerré los ojos y di un paso. Me imaginé en la facultad en el mismo lugar donde había “desaparecido” y desperté.

Pero no estaba en la facultad… estaba en otro lado, adentro de una especie de tubo, y había máquinas a mi alrededor. Frente a mí estaba John, que me miraba con una sonrisa sarcástica y de triunfo en su rostro…

lunes, 5 de octubre de 2009

Preludio: Benjamin


Meneó la cabeza y se despertó. Estaba tirado sobre el lecho de un gran río, el agua tocaba su rostro. Se despabiló, no sabía dónde estaba. Era peor, no sabía nada de él. Sus recuerdos habían pedido vacaciones y él, o alguien o algo se las habían concedido.
Su primer sensación fue de dolor, contempló su cuerpo y notó la herida, era un corte, muy grande. Conocía el modelo de arma que podría generar ese corte: un arma de energía, un "vaporizador", realmente no vaporizaban, sino que envíaban una ráfaga de luz-laser tan concentrada que cortaba el aire y todo lo que se ponía adelante. Pero cómo demonios sabía eso. La herida ya había dejado de sangrar pero todavía estaba abierta, dolía muchísimo.
Empezó a caminar por la costa cuando divisó una carretera que bordeaba el río. Caminó por ella, pero el cansancio y el dolor eran agotadores, hasta que se desplomó.

En ese momento la imagen de una mujer apareció en sus retinas: cabello negro, hermoso rostro, ojos azules infinitos. ¿O verdes? Ella estaba vestida de un pulcro blanco, llevaba un extraño objeto en su mano y lo despedía. ¿Quién era? Su rostro claramente reflejaba sensaciones, pero él al menos no podría juzgarlo.

Los ojos se abrieron nuevamente. Estaba en un lugar frío: un cuarto de hospital. Su herida había cicatrizado, lo notó al palparse. ¿Cuánto tiempo habrá estado así? Imposible saber. Varios cables estaban conectados a su cuerpo, reconocía sus funciones. Algunas máquinas emitían resultados, a primera sabía cómo funcionaban. Era difícil de explicar, podía entender el sistema que movía a la máquina pero no podía saber siquiera su nombre. Una enfermera ingresó a la habitación. Era una mujer de unos cuarenta años, con algunas canas en su teñido cabello negro.
"Buenos días, guapo", alcanzó a escuchar, en una lengua que evidentemente entendía y que por alguna extraña razón sabía que no era la suya. Él solo asintió con la mirada. La mujer dijo algunas palabras más, y se retiró. Instantes después un hombre, indudablemente un doctor, ingresó a la habitación, acompañado de otro; trajeado integramente en negro y portando unos impactantes anteojos de idéntico color. Leyó el nombre del doctor en la placa: Julian Spencer.

Veo que estás despierto... ¿cómo te sientes?-
Él asintió, su gesto reflejaba que su salud estaba bien.
Perfecto. Estamos revisándote para ver que nada grave te ha pasado y que ningún órgano haya sido dañado en lo que sea te haya pasado. Por lo demás, debes descansar. Te hará bien-
Él agradeció. El médico y su escolta salieron de la habitación.

¿Dónde demonios estaba? ¿Qué había pasado? ¿Quién era? Demasiadas dudas. Cada vez que indagaba en sus recuerdos aparecían modelos, máquinas, tecnología, fórmulas, recuerdos de cosas, lugares pero ni una persona salvo la mujer, ningún nombre salvo el de volumenes de información. Así, pasó algunos días en la clínica, sin que supieran decirle algo. Por otro lado, él tampoco se veía compelido a preguntar; cada vez que alguien entraba a su habitación, es como que se bloqueaba. Extraño. Cómo él.

Una tarde Spencer volvió, con otro hombre igualmente trajeado a su primer acompañante. Comentó algunas cosas acerca de su estado de salud, y dijo que lo iban a trasladar a otro lugar, dónde tendría un diálogo con algunos conocidos suyos en relación al inconveniente de su memoria. Él aceptó, no había muchas más opciones.

Esa noche antes de partir soñó. Rememoró lugares fantásticos, imágenes siempre cambiantes en un flujo que parecía ir como el tiempo pero sus continuidades variaban. Fue una escena rara, pero placentera. No era la primera vez que tenía estos sueños y lo sabía.
Al día siguiente, lo doparon para llevarlo a este nuevo lugar. Cayó inconsciente bajo el efecto de la droga que le habían suministrado, pero en su dormitar logró recordar un nombre: Thule Gesellschaft.

Cuándo despertó estaba sentado en una silla, sus brazos apoyados sobre una mesa blanca, frente a él, un hombre de cabellos dorados y rostro juvenil, vestido con un traje blanco, lo contemplaba, también sentado. Atrás de este había una mujer, con un largo guardapolvos blanco también.

Buen día Benjamin, ¿cómo te sientes?-

sábado, 3 de octubre de 2009

Preludio a la segunda parte

Algún lugar en Londres.
Las computadoras holográficas desplegaban infinidad de datos. La gran mayoría, carentes de sentido para cualquier ojo no entrenado. El cuarto era grande, y estaba decorado con un amplio número de terminales de computadores, proyectores, y asistentes, todos de notable parecido entre ellos. Un gran vidrio separaba la oficina del resto del laboratorio. Unos ascensores subían y bajaban a gran velocidad y conectaban con los demás pisos del establecimiento.
En la oficina, la ambientación refleja un contraste muy distinto con el resto del lugar. Si bien separadas por un vidrio, parecen dos mundos distintos. La oficina tiene un aspecto chapado a la vieja usanza: una biblioteca de madera repleto de volumenes médicos marca la sintonía del lugar. Un escritorio con otro proyector y algunos adornos, sillones elegantes, y varias cajoneras redondean esta oficina. Tiene una vista privilegiada hacia la zona más paqueta de Londres, o a la que su dueña quiera ver.
Dos personas contemplan un holograma con información.
Dra. Aubrey, ¿cómo está la situación del proyecto?- pregunta el hombre.
Todo marcha en orden. Tu pedido está en construcción, simplemente necesito probar la resonancia y la eficiencia en relación a su percepción- responde la mujer
El rostro del hombre muestra conformismo. Perfecto. ¿En cuánto tiempo estará?-
Ella en cambio no es tan precisa. Si los cálculos son los mejores, presumo que en menos de un mes, pero realmente es difícil saberlo a ciencia cierta. Faltan algunas pruebas más...-
No tengo tiempo para eso, necesito el proyecto YA. Control me tiene en sus narices y Terrek no va a desaprovechar la chance.
A ver... por más que quiera no puedo acelerar las cosas. Vas a tener que esperar el tiempo necesario. Por lo de Terrek, por más que se haya llevado el crédito del ataque nephandi en la ciudad, no es por él que Control está atrás tuyo, respirandote en la nuca. Es por tus amiguitos mágicos.
La tregua está terminada.
Sí, lo está. Pero vos la firmaste. A vos te juzgan por ello. Y eso Caleb lo explota.
Mmmmmm

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Estambul:
Varios jóvenes hechiceros se reunen en pos de su maestro. Han notado algo, no pueden definir qué. La capilla está medianamente alborotada, sería necesario hablar con expertos dicen algunos, a ver qué dice el maestro, dicen otros. La cuestión es que algo percibieron. Una disrupción, un presagio, algo. Un cambio. Fuerte. Positivo, negativo, ¿cómo saberlo?
El núcleo principal encara al maestro. Su expresión refleja preocupación. Él les dice: Algún desbalance sucedió en el Tiempo. No puedo explicarlo. Es algo. Lo sentí. TODOS lo sintieron.
Ellos, no convencidos, albergan dudas. Se niegan a creer que este hombre, discípulo de Saturno, maestro de la Orden y consumado esgrimista, no pueda explicar el hecho. Maestro Reis, ¿está seguro?
Está superado. Algo se modificó. Habrá que revisar las fuentes, e incluso si la necesidad lo determina, viajar hasta ese punto. Sí, por Alá, estoy infinitamente seguro. Será cuestión de esperar.
¿Marianna, dónde demonios estás?

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Chelsea, Londres:
Caminando por las viejas y ricas calles de Chelsea, Gabriela y Victoria están mirando una tienda de ropa. Ambas parecen preocupadas, no obstante, tratan de mantener cierta compostura y olvidar los problemas en el consumismo. Algunas cosas buenas los tecnócratas tienen. O al menos ellas juzgan eso.
¿Pudiste averiguar algo más de Nathan?
Nada más de lo que sabemos. Desapareció. No sé dónde está. No lo puedo rastrear con mi arte. Ni vos con el tuyo.
¿Habrá tenido algo que ver la Tecnocracia?
No lo sé. Estuve trabajando un poco con una copia de Aslan que él me dejo, pero no logró encontrar un sistema que me permita captar un patrón de su avatar y rastrearlo. No es lo mismo, él es el adepto virtual.
No desesperemos, Vic. Mi instinto me dice que no es nada malo. Pero deberíamos reunir al grupo. Hace unos días que estamos con esto y no tenemos noticias. Gabriel no lo sabe y Alex tampoco.

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West End, Londres
Los diarios londinenses traen a luz la noticia de que el proyecto por el cuál el Gobierno británico prometía reemplazar todos los elementos informáticos de Inglaterra con nuevos equipos ha vuelto a la luz. Si bien los pronósticos económicos hablan de crisis, un grupo de empresas han solicitado (y contribuido) con el relanzamiento de este proyecto. Hablan de ingresar a una nueva era y archivar toda la vieja burocracia tan criticada.
Gabriel lee las noticias mientras sus estudiantes practican katas. Los tres meses han pasado, y al parecer, el viejo Solomon no quiere desperdiciar un sólo segundo de la tregua una vez concluida.