martes, 27 de octubre de 2009

El regreso

Victoria Delacroix

La reunión había terminado. Benjamin me preguntó que hacer y le dije que era libre de hacer lo que quisiera. Yo tenía que ponerme a buscar información del proyecto EOS, buscar información sobre Pentex y su situación actual, pensar cómo proteger el cuerno, crear un sistema en base al proyecto y presentarlo como segunda alternativa a la legislatura… Además tenía algunas ideas para mejorar mi sistema, un efecto para proteger mi foco, un arma inteligente, lentes especiales, sin mencionar que ya le había mandado un mail a Benjamin con la información de lo que me habían puesto en el corazón y que obviamente me iba a encargar personalmente de investigar en cuanto lograra replicarlo… Eran muchas cosas, iba a necesitar tiempo. Pero hoy no iba a hacer nada de eso.

Gabriela fue la última en irse y me quedé solo con Vicky en la sala.

-¿Te gustaría ir a cenar conmigo?
-¿Me estás pidiendo una cita?- me dijo sonriendo.
-Sí, es más…- entré a la página de un restaurante oriental y luego de unos segundos le dije- Tenemos una reserva a las ocho y media- Sabía que a ella le gustaba mucho la comida oriental, seguramente le iba a gustar ese lugar.
-¿Sos el mismo Nathan?- me dijo sorprendida, pero a la vez se reía. Su rostro mostraba cierta desconfianza. Ya la conocía e intuía un poco sus reacciones.
-Sí, ya no tengo ningún aparato tecnócrata en mi cuerpo ni nanomáquinas si te referís a eso- le sonreí.
-Bueno, entonces tengo tiempo para arreglarme porque todavía no son las siete, nos encontramos acá a las ocho ¿te parece?
-Dale.

Fui a mi cuarto y busqué un celular viejo que tenía guardado, iba a servir hasta que no tuviera tiempo de ir a comprar otro iphone. Tenía que estar comunicado por cualquier cosa que pasara. Volví a entrar a mi cuarto, todas mis cosas estaban ahí, un poco desordenado sí, pero nadie las había tocado, no podía creer que hubieran pasado dos meses desde que me desmayé frente al aula ¿Dónde me habían encontrado los tekis? ¿Habían roto el pacto de no agresión en la universidad? ¿O cuando estuve con Aslan me había transportado sin querer a otro lado? En fin, ahora no iba a seguir pensando en eso.

Me arreglé y me fui al living del chantry a esperar a Vicky, mientras me puse al tanto con las noticias de “Jack el destripador”, parecía que habían querido inculpar a Gabriel por esos asesinatos, pero ahora que habíamos pactado con Solomon los cargos habían sido levantados.

Mientras leía las noticias en mi notebook sobre el sillón sentí el aroma de un rico perfume que se acercaba.

-¿Leyendo sobre Jack el destripador?
-Poniéndome al tanto de dos meses de noticias.
-¿Te pusiste un traje? Menos mal, pensé que me había vestido demasiado formal.
Ella tenía puesto un vestido negro corto y unos zapatos de taco alto. Se había puesto también un chal negro con flecos.
-Estás muy linda.
Otra vez la mirada de desconfianza.
-¿Estás seguro que no te hicieron nada los tekis?

Le sonreí.
-Vamos, el taxi nos está esperando.

El restaurante tenía apartados individuales, lo había elegido especialmente para que pudiéramos conversar sin interrupciones, además que era un lugar bastante íntimo y especialmente pensado para parejas. Sobre la pared tenía un sillón donde se sentó Vicky y yo me senté frente a ella en una silla de madera, era un lugar bastante lujoso y había leído que a las chicas les gustaba por su ambiente romántico.
Después de cerciorarme de que no nos estuvieran vigilando le conté todo, desde que me había desmayado hasta que habíamos salido de la telaraña digital con Benjamin. También incluí mi “aventura” con Aslan, aunque no fui demasiado específico con lo que había pasado cuando estuve con él.

-Estuve a punto de hackear esa cosa que me habían metido en el cuerpo, pero Leti me dijo que era peligroso, que no sabíamos lo que podía pasar si lo hacía…

Ella estaba bastante seria. Seguía mirandome raro. Tanto tiempo dudando que ahora que me ausenté debía estar más sorprendida.
-Tuvimos que pactar con Solomon para que me lo saque- finalicé.
-Lo bien que hicieron, hubiera sido una locura que intentes hacer eso…
-Decidí hacerle caso a mi avatar, además todavía no quiero morirme- le sonreí- Si hay algo que aprendí de todo esto es que tengo que disfrutar más y dudar menos con lo que quiero.
-Me gusta tu nuevo yo- me dijo sonriendo. Al parecer, sus dudas se iban disipando. Seguramente esto era lo que ella esperaba.
-A mí me gustás vos, siempre me gustaste.
Ella me sonrió, estaba desprevenida y noté un ligero rubor en sus mejillas, yo estaba bastante nervioso pero decidido, si ella me rechazaba ya no me importaba. Me senté a su lado en el silloncito y la miré a los ojos, apoyé mi mano en su cara, su piel era muy suave. Lentamente acerqué mi rostro al suyo, ella no hizo nada por impedirlo así que busqué sus labios y la besé. Hacía mucho tiempo que no me sentía así.

-Te extrañé, estaba muy preocupada por vos- me dijo y me abrazó.
-Yo también te extrañé.

Nos quedamos abrazados un rato largo, sin decir nada, disfrutando el momento, ella se despegó de mí solo para volver a besarme.

-¿Sabés que es muy peligroso andar conmigo no? Thom dice que tengo tendencia a que me secuestre la Tecnocracia, pero bueno, es normal teniendo un hermano tecnócrata al que le gusta experimentar conmigo…

Ella sonrió al ver que me lo estaba tomando como si nada.
-Eso no me importa.
-Y sin mencionar que voy a tener poco tiempo libre ahora…
-Lo sé, todos vamos a tener poco tiempo libre. Además Solomon no se va a quedar de brazos cruzados cuando vea que estamos rompiendo el pacto.
-Sí, por eso voté en contra. Pero también es lógico que no vamos a quedarnos con los brazos cruzados mientras los tekis hacen lo que quieren con Londres. Lo que me preocupa es qué es lo que están buscando, qué tiene ese nuevo sistema que no tienen los que ya están funcionando actualmente.
-Vamos a tener que averiguarlo, pero no hablemos de eso ahora- dijo y se acurrucó en mi hombro.
-Tenés razón ¿Te gustó el restaurante?
-Sí, no creí que podría llegar a venir a un lugar como este con vos…
-¿Qué querés decir?
-Nunca me hubiera imaginado que eras tan romántico. Ni que yo pudiera serlo.
-Que me gusten las computadoras y sea algo tímido no significa que no sepa como impresionar a una chica- le sonreí- ¿A dónde te gustaría ir después?
-¿Puedo elegir cualquier lugar?
-Cualquiera.
-Entonces vamos a caminar a la plaza. Y luego no sé, a algún pub.

Caminamos de la mano bajo las luces de Londres, la verdad es que yo también me sorprendí, jamás pensé que me iba a pedir ir a caminar por la plaza. Estuvimos paseando hasta que se hizo bastante tarde, y decidimos volver al Chantry en la universidad. Ya todos estaban durmiendo, las luces estaban apagadas. Ella me besó una vez más, a oscuras, en el living del chantry. Yo le acaricié la espalda y la cintura y la besé en el cuello.

-¿Estás cansado?
-No tanto, puedo estar con vos un rato más si querés.
-Entonces vení.
Ella me agarró de la mano y me llevó hasta su habitación.

(Escribe Helcawen)

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