sábado, 16 de enero de 2010

Mago 2º parte: Fecha 8

Cuando llegué busqué a Hakan para darle la lanza. Le informé las novedades y después le pregunté sobre la situación actual:
-¿Cómo están las cosas acá?
-Salvo por la nueva “nación musulmana de los EE.UU.” está todo en orden.
Eso distaba mucho de tener un orden. Le entregué la caja, él la abrió sacó la lanza, la observó y me dijo:
-No está completa.
-¿Cómo que no está completa?
-Falta una parte, está rota.
-Traje a una chica con nosotros, ella resonaba con la lanza. Seguramente ahí esté nuestra respuesta.
Fuimos a ver a la chica cuando la escaneé vi que tenía un fragmento de la lanza adosado a su columna.
-Está en ella, pero no puedo hacer nada, tiene que verla Thom.
Cuando salí me estaba esperando Vicky. Parecía feliz, seguramente todavía no le habían contado nada.
-¿Volvieron? ¿Consiguieron la lanza?- me preguntó.
-Sí, pero algo salió mal… ¿no te contaron?
-¿Alguno está herido? ¿Qué pasó?
-Uno de nosotros no volvió… Alex está muerto, se sacrificó para ayudarnos. No pude hacer nada por él.
Ella miró al vacío.
-Entiendo…
La abracé, pero ella dejó los brazos rígidos al costado del cuerpo.
-Voy a decírselo a Gabriela- me dijo y se marchó.
No podía hacer mucho más por ella, seguramente quería estar sola así que la dejé marcharse.
Fui a ver como estaban todos y luego me metí en la cámara del tiempo a entrenar. No tenía dudas de qué iba a hacer, incrementar mis conocimientos de Life para poder ayudarlos como soporte y fabricar dispositivos de curación como el que yo tenía pero para curarlos a ellos.
Fueron dos meses. Todos nos reunimos al salir, solo habían pasado dos días afuera. Thom tenía razón, habíamos cambiado en ese tiempo…
Le pregunté a Hakan si sabía donde estaba Gunnar, me dijo que había ido a hacer algo importante. Lo llamé pero no respondió. El que faltaba aún por llegar era Gabriel.
-Gabriel, estamos todos reunidos ¿venís?
-Voy en un rato.
Parece que había salido. Llegó vestido con un sobretodo de cuero negro, tenía vendados los dos brazos, estaba seguro que se había pasado esos dos meses entrenando Forces.
A medida que fueron llegando les entregué los dispositivos, Thom había sido reacio a aceptarlo pero lo guardó. Benji nos dio unos chips para comunicarnos mentalmente.
-Pónganse esto detrás de la oreja, nos permitirá estar comunicados.
Si a Thom no le había gustado mi regalo, el de Benji parecía gustarle menos, pero aún así se lo colocó como le indicó.
Las cosas se pusieron tensas cuando Gabriel puso en duda la capacidad de Thom para ser el líder del grupo. Claramente lo culpaba por la muerte de Alex.
-¿Querés ser el líder Gabriel? Entonces te dejo el lugar, quizás vos puedas hacerlo mejor que yo.
-No lo dudes- le respondió.
Pero Nic y yo no estábamos de acuerdo. Benji no emitía opinión al respecto, pero sí dijo que no le había parecido táctica la retirada de Thom.
-Pero si Thom no va a ser el líder, entonces tenemos que votar una vez más- dije.
-No sé, yo no puedo porque tengo que quedarme a ayudar con el sello- dijo Gabriela.
-Yo creo que Thom es un buen líder para el grupo. No es culpa de él lo que pasó, sino de todos.
-Estoy de acuerdo- dijo Nic.
-Bueno, está bien, pero no te vuelvas a equivocar o te mato- le dijo Gabriel.
-Él no se equivocó Gabriel, admito que lo de la retirada nos dejó sin el ataque sorpresa, pero también entiendo por qué lo decidió así.
-Lo hice para que no nos mataran. No sabía que nos íbamos a encontrar ahí abajo.
-Tenés otra oportunidad- le dijo Gabriel- pero que no vuelva a pasar lo mismo…
La conversación derivó en qué lanza íbamos a ir a buscar después y decidimos que sería la de Armenia, la más “fácil” de obtener. Según Gabriel no debíamos ir a Londres hasta no tener todas las demás, y fue lo que decidimos hacer. Le dije a Thom lo de Violet y él fue a verla junto con Benjamin y Nic, mientras aproveché para hablar con Gabriel.
-¿Estás bien vos?- le pregunté. Sabía que a él le había afectado lo de Alex más que a nadie.
-Sí…
-No parece. Todos estamos mal por lo que pasó.
-Alex era mi amigo, pasaba más tiempo conmigo que con cualquiera de ustedes. Thom se equivocó muy feo.
-Todos fuimos los responsables de la muerte de Alex, no solo Thom. Yo podría haber intentado sacarlo y no lo hice, traté de sacarle a los bichos de encima pero no puede.
-Sí, no lo hiciste, pero Thom es el líder, y es el que ordenó la retirada. Yo lo acepto, que él siga siendo el líder, pero vuelve a pasar otra vez lo mismo y lo mato- repitió.
-Tranquilizate, tenés que entender que no fue solo culpa suya.
Creo que la charla lo tranquilizó un poco, o eso pareció.
-No hagas lo mismo que Alex, no te suicides- continué.
-Eso será cuando aparezca Hiperion. O te pensás que después de que todo esto termine todos vamos a seguir juntos y felices…
Eso me dolió, yo los apreciaba a todos, sí, seguramente nos íbamos a separar, pero los prefiero lejos y no muertos.
-Yo me voy a llevar conmigo a Hiperion- me dijo.
-¿Por qué tenés que pensar en sacrificarte? Una vez mi avatar me dijo que tenía que buscar todas las opciones antes que eso. Además no voy a dejar que mueras, ni vos ni ninguno de los chicos.

*****

Thom fue a ver a Violet a la enfermería. Ella ya estaba despierta, los miró, y notaron como su color de pelo cambiaba de color.
-Vos debés ser Violet- le dijo Thom.
-Sí, efectivamente.
-Soy Thomas, me dijeron que podía ayudarte. Hay algo espiritual ligado a vos.
-No creo que pueda sacarlo, está dentro de mi médula. Ni el profesor Nord pudo arreglarlo.
Ella tenía un tono de voz más bien triste.
-Acostate de espaldas- le solicitó Thom.
-Por favor, digale a Benjamin que entre.
Él entró, pero no dijo absolutamente nada.
Thom tomó su daga ritual y sin apoyar la daga recorrió su columna vertebral. Sintió donde estaba alojado el metal, miro del otro lado de la celosía con el reflejo de su daga. Efectivamente dentro de su columna estaba el pedazo de la lanza que faltaba. Había algo escrito en ella, leyó el nombre: NORD.
Notó que el patrón de vida de Violet era muy joven, un poco mayor que Benjamín, pero no dejaba de ser un clon como él.
-No puedo sacar la lanza, están en el lugar donde debería estar el tejido y no podría reconstruirlo ¿te molesta así como está?
-No, pero Nord la puso como salvoconducto para que Benji no pudiera tenerla… ¿la necesitan ustedes?
-Ahora no- le dijo Benji.
-Entonces no la saquen. Benji sabía como sacarla, pero seguro que no lo recuerda…
-En la lanza dice NORD- le informó Thom.
-Sí, hay una criatura que Thule trajo atada a ella.
-¿Y cuándo se liberará?
-Creo que cuando la saquen ¿ustedes están buscando las lanzas?
-Sí.
-Thule trató de encontrarlas, algunas las perdió.
-¿Contra quién?
-Contra la tecnocracia, pero eso nos mandaban a nosotros a buscarlas.
-Entonces no vamos a retirar la lanza todavía- le dijo Thom.
-Me gustaría ir con ustedes.
Thom lo miró a Benjamin que seguía muy callado.
-Es peligroso- le dijo él.
-Además se siente el poder de la lanza.
-Puedo ocultarlo, solo necesito mis cosas.
-¿Podés ocultarlo?
-Sí ¿entonces puedo ir con ustedes? ¿tú gente estaría de acuerdo? Benji no cuenta.
-Supongo que no habrá problema, partiremos a la medianoche.
-Necesito comprar algunas cosas.
-Te acompaño- le dijo Benjamin.
-Bueno, pero primero…
Ella literalmente metió su mano dentro del pecho de Benjamín y sacó una espada cubierta de inscripciones.
-Avisame la próxima vez- le dijo él.
-Gracias lindo.

Partimos en un avión privado hacia Armenia. Nos acompañaron Violet y Leti, de Gunnar todavía no sabíamos nada, me pregunté dónde se había metido nuestro amigo. Usando mi mapa había ubicado la lanza en el museo de ciencias naturales. Pero había algo extraño, había dos lanzas, una que se movía y otra que estaba fija. Parece que lo que había pasado con Violet pasaba también con la lanza de Armenia.
Bajamos del avión y caminamos por la ciudad que estaba muy tranquila. Caminamos hasta el museo para verlo desde lejos, Thom observó a través de la celosía y notó que se veía extrañamente “sólido” y parecía reforzado por cientos de telarañas. Del otro lado se veía de un color azul, pero muy fuerte.
La parte móvil de la lanza se encontraba en un hombre, Georgios Manezian, un profesor y curador del museo.
Decidimos planear nuestra estrategia antes de entrar. Algunos podían ser más fácil de ubicar, como Gabriel y Thom que habían ganado resonancia por tocar la lanza anterior, así que entramos Benjamin, Violet, Nic y yo. Thom y Gabriel se quedaron en una cafetería esperando noticias, Leti se quedó con ellos, aunque no pareció gustarle mucho aceptó la orden.
La idea era entrar y observar, acercarnos la lanza y hablar con este hombre. Pagamos las entradas como todos los turistas y entramos. La guía iba explicando todo lo que había adentro del museo, pero a nosotros solo nos interesaba el cuarto de la lanza.
-¿Podemos ver la lanza? Nosotros somos cristianos devotos y vinimos especialmente para eso- dijo Violet.
El hombre al que estaba monitoreando con mi notebook pareció darse cuenta de la presencia de Violet. Le avisé a los chicos de esto y seguimos con el plan.
Violet se acercó al cuarto que tenía muchas estatuas, una representación del momento en que Longinus atravesaba a Cristo con la lanza llamó la atención de todos. Allí estaba, frente a nosotros, sujeta a una estatua y detrás de un plexiglás.
-Nathan, empezá a planificar un escape- me dijo Benji mentalmente.
Como si fuera tan fácil, el lugar solo tenía una puerta y extrañamente sentía que si sacaba la lanza de ese lugar las estatuas de los soldados romanos cobrarían vida y se abalanzarían sobre nosotros.
El profesor entró con nosotros cuando vio que Violet se acercaba a la lanza. Yo aproveché para preguntarle sobre la escena y él se emocionó contando sobre el asunto.
-¿Qué representa la estatua que lleva la lanza?- le pregunté.
-Representa el momento en que le clavan la lanza a Jesús… Se dice que la lanza fue forjada por el vellocino de oro de la leyenda de “Jasón y los Argonautas”…- y comenzó a narrarme la historia. El hombre era muy agradable, y había algo más, no parecía un despierto.
Thom y Gabriel entraron al poco tiempo.
La guía dijo que debíamos continuar pero Violet le dijo que quería ver un rato más la lanza. Seguí dándole charla al curador, hasta que no hubo nadie más que nosotros en la sala. Thom se acercó también a preguntarle:
-¿Y esta es la lanza original? Por qué hay otra en Viena…
-Nosotros creemos firmemente que esta es la lanza original…
En ese momento Nic cerró la puerta del cuarto de las estatuas, todo se puso muy tenso, el hombre fue hacia la puerta y la volvió a abrir, nos miró con desconfianza, pero Thom volvió a darle conversación y volvió a darnos una clase sobre la materia.
Gabriel miró en el tiempo y nos informó que había visto que cuando yo intentaba teleportar la lanza la misma no pasaba el plexiglás. En ese momento lo supe.
-Es la lanza de Mater- le dije a Thom mentalmente- si pasa algo no nos voy a poder sacar de este lugar.
-Bueno, le agradecemos mucho toda la información- dijo Thom- vamos a seguir investigando sobre el tema.
Salimos del museo, no había razón para seguir quedándose allí. Teníamos que planificar cómo quitarle la lanza a ese hombre.
Debatimos primero por qué parte de la lanza deberíamos empezar, todos estuvieron de acuerdo en que primero deberíamos ir por el curador. Nic dijo que podíamos encontrar su casa y entrar allí, controlando la situación. Planteamos también la posibilidad de contarle la verdad sobre lo que estábamos haciendo, no perdíamos nada y quizás sería todo más fácil.
Cuando miré la casa del curador, que estaba al lado del museo, vi que también tenía allí estatuas de soldados romanos y les dije a mis compañeros.
-Entonces tendremos que hablar con él en la cafetería.
Cuando fue casi la hora de cerrar volvimos al museo a hablar con el profesor. Thom le dijo que habíamos estado investigando sobre el tema y queríamos charlar con él. El hombre nos condujo hasta la cafetería del museo.
Thom comenzó a preguntarle sobre distintos temas, pero Benji se cansó de tanta cháchara y fue directo al grano:
-¿Usted cree en la magia?- le preguntó Benji.
-Sí… después veo “Breaking de magic” y ya no…
Era un programa de televisión que develaba los trucos de los “magos”. Pero Benji supo que el hombre había mentido.
-Mire, la magia existe, nosotros somos magos y estamos buscando la lanza, y usted tiene una parte de ella dentro de su cuerpo.
Benji había visto una imagen de cuando el hombre había tocado la lanza y la misma se fragmentó entrando una parte en su cuerpo.
-No… eso no puede ser…
El hombre se puso nervioso.
-Eso no es verdad, váyanse. ¡Guardias! ¡Saquen a estas personas!
-Usted sabe que es cierto, que la lanza se dividió cuando usted la tocó- dijo Benji.
-¡Guardias!
En fin, la opción A no había funcionado, tendríamos que buscar otra forma de conseguir la lanza. Este hombre tenía su mente abierta a otras posibilidades, pero no quería creer.


Estaba siguiendo los movimientos de nuestro sujeto en el museo, parecía bastante nervioso porque se movía de acá para allá. En ese momento vi el camión estrellarse contra la entrada principal. No necesité mucho tiempo para ver que habían sido Nic y Gabriel. El hombre apenas escuchó el estruendo se sobresaltó y corrió hacia el cuarto de la lanza.
-Thom, Benji- los llamé por el comunicador de Benji, que por cierto era muy útil- Gabriel y Nic se mandaron una cagada, hay que ir al museo.
Pero no íbamos a llegar, el hombre estaba más cerca que nosotros. Vi como metió la mano como si nada a través del plexiglás que protegía la lanza. Sabía que eso iba a dolerme pero quizás no tuviera otra oportunidad, traté de teletrasportarla a una caja, pero solo se movió a unos metros de él.
Cuando Thom llegó a mi habitación me vio en shock, yo estaba viendo una vez más esa isla en el medio de la nada…
-¡Nathan! ¡Nathan!- escuché su voz y regresé.
-No puedo traerla… ya no puedo hacer más…
-Nathan vos sos nuestros ojos- me dijo y se marchó.
Miré la situación, Gabriel había intentado atraer hacia él la lanza usando forces, y logró sacársela una vez más. El hombre estaba como loco, la realidad, la misma estructura del edificio estaba cambiando. Ahora la lanza estaba en el suelo sujeta a un pedazo de cristal. Sentí que podía volver a actuar, esta vez sin recibir daño…
-Benji te voy a pasar la caja- le dije.
Vi como Thom de repente salía de la umbra abrazando al curador del museo, había intentado atravesarlo con la espada de Violet y ahora parecía más débil, pero él lo atacó, convirtió su cuerpo en picos de cristal y lo atravesó. Gabriel usó la espada que le había dado Benji, una espada que cortaba todo tipo de materia, pero solo logró cortarle parte de la cara, ese hombre era materia pura y no lograban atravesarlo. Si llegaba a la lanza estábamos perdidos. Vi como Gabriel quedaba atrapado en una prisión de cristal y temí lo peor, Nic también estaba herido.
“No puedo hacer nada por ellos, esto no debería estar pasando así…”
Benji trataba de freírle el cerebro pero sin éxito, mientras Nic le disparaba con la escopeta.
Fue un segundo, él tomó la lanza y en ese momento volví a intentarlo, ya estaba débil, ahora tenía que salir bien. Vi como la lanza llegó a la caja.
-Ya la tengo, noquéenlo- les informé.
Pero eso no parecía ser posible. Benji lo volvió a intentar pero el hombre no se dormía. Estaba enloquecido.
-¡¿Dónde está mi lanza?! ¡Los voy a matar a todos!
Thom saltó con la espada en ese momento y le cortó la cabeza. El hombre se deshizo en cristales y Thom tomó la lanza, enseguida notó que su piel, todo su brazo se endurecía.
Una ambulancia conducida por Leti y Violet con algunas camillas hicieron el resto…
Teníamos la lanza, eso era bueno, entonces ¿por qué me sentía tan mal? No pude ayudarlos.
Siempre vuelvo a hacer lo mismo Aslan, si tenía que sacar a alguno de ellos de allí no iba a poder hacerlo…

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