miércoles, 25 de noviembre de 2009

Esperando

Jezebel

Prendió otro cigarrillo. Estaba nerviosa. Hace unos días se encontraba así. No se lo había dicho a nadie, pero algo había sucedido. Estaba en su departamento, sola, cuándo una figura apareció dentro de su hogar. Esta era una mujer rubia, alta, ojerosa. Sólo la contempló. Cuando ella reaccionó, la mujer se sorprendió, como si no esperaba que pudieran verla. Desde ese entonces, Jezebel veía a esta figura rubia constantemente. Por aquí, por allá. Nadie más la veía, sólo ella. Desde ese momento, fumaba más de la cuenta. Estaba siempre nerviosa o alterada. Tenía miedo de ir a un psiquiatra. Siempre había sido extraña, eso sí, pero rara, tirando a freak, exótica en sus vestimentas, le gustaba juntarse con grupos de distinta variedad, pero dentro de la normalidad. Esto estaba claramente fuera de sí. ¿Qué pasaría si confrontaba a la mujer rubia?

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Los fenómenos raros se comenzaban a repetir en el mundo.
* Los ciudadanos japoneses no podían creer lo que estaban viendo. Extrañas luces habían aparecido en el Monte Fuji. No se veían desde hace siglos, cuándo un antiguo clan intentó tomar control de la capital.

* En el sudeste asiático, infrecuentes bolsas de aire anunciaban la llegada de nuevos tsunamis... no se registraban estos movimientos desde hace 300 años por lo menos.

* En Irán, la gente recibía un diario en el que hablaba de "Los nuevos movimientos de Persia" en Medio Oriente. Anoticiaba de los roces con el Imperio Turco-Otomano y el bloque chino-japonés. Israel no existía o no era mencionado en todo esto.

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Equipo Alfa... ¿todo listo?
Sí, señor
¿Beta?
Todo preparado, señor.
¿Equipo Gamma?
Todo en regla, señor.
¿Delta?
Esperando su señal.
¿Epsilon?
Esperando que te decidas, John.
Hubiera esperado una respuesta más... militar.
Nope, no esperes eso de mí. No obstante, si te hace más feliz: "Todo listo"
Perfecto. Comiencen operación.

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El hombre tomaba un café placidamente sentado en una de las sillas de la cafetería. Tenía una gran vista a la calle y a la ciudad. El lugar le parecía lindo, aunque carente de color. Él seguía tarareando una canción cuando le trajeron su bebida y su porción de Sachertorte. Sabía que había venido a buscar a esta ciudad. Y no se iría de aquí sin ello. Mientras, seguía tarareando una canción. Su aspecto era llamativo, la gente lo miraba raro. No era muy habitual ver gente vestida íntegramente de púrpura todos los días por la calle.

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